Puntual Mussio Cárdenas nos hace, en su columna Informe Rojo, un breve recuento de algunos asesinatos y atentados en contra de personajes de la política que aspiran, o aspiraban, a un puesto de elección popular: “Con un tiro en la cabeza, otro en el cuerpo, Juan Gilberto Ortiz Parra dejó la vida, acribillado en el interior del vehículo en que se transportaba sobre la carretera que lleva a Cardel. Era aspirante a la alcaldía de Úrsulo Galván por Morena. A Nicolás Ruiz Rosete, empresario ligado al PAN, precandidato a la presidencia municipal de Minatitlán por la alianza Veracruz Va, le arrojaron un auto en su restaurant, y en la batea de la unidad dejaron seis bolsas de plástico con dos cuerpos desmembrados. Un comando armado ultimó a mansalva a Domingo Panzo Tecpile, que apuntaba a ser diputado local por Zongolica bajo las siglas de Movimiento Ciudadano. Amagado, acusando amenazas del diputado Alexis García, de Movimiento Ciudadano, el ambientalista Miguel de la Torre Loranca mejor dejó la contienda y desistió de ser legislador por Zongolica. Era amigo del asesinado Domingo Panzo”. Mussio Cárdenas, al momento de escribir su columna, no estaba enterado del más reciente suceso trágico; de hecho, todavía no ocurría. Gladys Merlín, expriista, exduartista, exalcaldesa y exdiputada local, hasta ayer aspirante de Morena a la alcaldía de Cosoleacaque, fue asesinada por un comando que se dice fue directamente sobre su persona y sobre su hija Karla Enríquez Merlín, quien también aspiraba a un puesto de elección popular por Morena. Informes preliminares indican que las degollaron y que sustrajeron objetos de valor de la casa. Hasta hace unas semanas no se sabía de la conversión de Gladys a Morena. Ella era de las aspirantes que debían hacer caso a las palabras de Ramírez Zepeta de borrar su pasado duartista; sin embargo, hay pasado que no se borran tan fácilmente. Descanse en paz la doctora Gladys Merlín y Karla Enríquez Merlín.
Alguien va a entregar malas cuentas a sus jefes de Morena. Joaquín Guzmán Avilés no pudo contra la militancia panista, no pudo contra los Yunes
El cometido de Joaquín Guzmán Avilés era evitar que Miguel Ángel Yunes Márquez fuera candidato del PAN a la alcaldía de Veracruz; quería imponer a David Velasco como el candidato de a alianza; quería evitar que Pepe Mancha fuera el candidato a la alcaldía de Tuxpan. Eso entre otros objetivos que se le vinieron abajo el día domingo por la tarde cuando los militantes panistas salieron a elegir a quienes habrían de representarlos en las elecciones del 6 de junio de 2021. A pesar de los cachirules, a pesar de los votos comprados, a pesar del intento por reventar la elección en el puerto de Veracruz, Bingen Rementería no logró ganar a Miguel Ángel Yunes Márquez. De hecho, el hijo de Julen Rementería cometió el error de novato de encargar a su chofer, quien iba como regidor en su planilla, a que operara repartiendo billetes el mero día de la elección. En Xalapa, el holgado triunfo de Sergio Hernández, impide cualquier intención de ir contra la voluntad de los panistas. David Velasco, si tiene suerte, deberá ir solo como candidato del PRI. En caso de que la alianza se concrete, David no será quien la encabece. En Tuxpan, Pepe Mancha será el candidato del PAN a la alcaldía. No pudo el “Chapito” contra la militancia panista; no pudo Guzmán Avilés contra los Yunes.
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Bingen Rementería, “patadas de ahogado”. Pedirá anulación de elección. Por cierto, ¿qué nos cuenta de su chofer repartiendo billetes?
Está en su derecho Bingen Remenetería en pedir la anulación de una elección, que porque la diferencia que lo hizo perdedor fue sólo de 12 votos. Habría que recordarle al hijo de Julen Rementería que así fuera por un solo voto, en democracia gana el que tenga más votos que el perdedor. Por cierto, un detalle curioso de la elección. En la casilla 9, donde votaron los cachirules que su padre y Joaquín Guzmán metieron a la fuerza, Bingen tuvo 258 votos y Miguel Ángel Yunes Márquez 10 votos. Con esto queda claro que la operación de los cachirules era para beneficiarlo a él. Bingen dice que va a impugnar ante el CEN del PAN, y por supuesto el empleado de su padre, Joaquín Guzmán, le hará segunda. Por cierto, habría que preguntarle a Bingen cómo está su chofer, ese que iba en su planilla como regidor. Pepe Vera fue detenido en medio de la trifulca, mientras operaba en la compra de votos. Lo detuvieron con 200 mil pesos que después fueron 150 mil pesos que era, según Pepe Vera, para vales de comida y para pagar a los taxistas que los estaban apoyando. ¿Apoyando a quién? ¿A los cachirules? Por supuesto, eso no lo va a poner en la denuncia para pedir la anulación de la elección, no vaya a pensar la dirigencia nacional del PAN que fue tan torpe como para poner a su futuro regidor a repartir el dinero de los cachirules.
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