La justificación dada por el senador en su escrito dirigido a la Mesa Directiva de la Cámara Alta destaca “su interés por aspirar a la precandidatura para el cargo de Presidente Municipal de Xalapa, Veracruz”, cargo que ya ostentó en otro momento.
Ahued Bardahuil es un buen empresario, excelente padre de familia, buen amigo de sus amigos, y hombre ejemplar para la sociedad, eso no está en tela de duda, su trato también lo ha distinguido por ser siempre cortés y caballeroso, lo que lo hace tener un halo de cierta presencia quijotesca en la política.
Sin embargo, la realidad nos invita a cuestionarnos los motivos que lo obligan a retornar a la capital, cuando de todos es evidente que su carrera apuntaba en pos de la gubernatura en 2024.
Al filósofo griego Aristóteles se le atribuye aquella frase que dice “El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad.” Quizá por ello, aun cuando a muchos pareciera engatusar la licencia de Ahued Bardahuil está llena de una falsa verdad.
El retorno de Ahued a la capital para intentar alzarse con el triunfo electoral el próximo 6 de junio obedece directamente al pésimo trabajo desarrollado por el actual alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, quien jamás y nunca comprendió que Xalapa es otra cosa, más que un proyecto de investigación expresado en un papel.
La intentona de salvamento a la que el propio Ahued Bardahuil se está prestando, será para su desgracia, la culminación de una carrera política que lo evidenciará de cuerpo entero.
Inclusive se sabe de su distanciamiento con el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, a quien su calidad de senador le hacía sombra y eso lo incomodaba un día sí y otro también, pero, además, con quien dice le maneja la política interior de la entidad, con quien la cosa va peor, pues le obnubila su sola presencia en la entidad.
Si las versiones son ciertas, Ahued Bardahuil se habría prestado tan solo para mantener la plaza, y pasada la elección inclusive ni protestar, regresándole al Senado, cosa que lo haría impresentable ante la sociedad, cuál sea en realidad el destino del ex alcalde en su nueva aventura, la sociedad ya no lo observa con ese mismo brillo de antaño.
Bien expresaba el dramaturgo británico Oscar Wilde “la ambición es el último refugio del fracaso” para referirse a ese mal que envenena a quienes a toda costa pretenden seguir aspirando a alguna meta que los desborda.
Así pretender servir de pasaporte para que el actual alcalde Rodríguez Herrero sea exonerado de todas sus culpas, en el manejo del recurso público, el cual literalmente lo devolvió para cumplir los caprichos del actual gran Tlatoani de Palacio Nacional, en detrimento de la población xalapeña que apostó por un proyecto reformador, es imperdonable.
De entrada, se sabe, que Ahued Bardahuil será exhibido en su justa dimensión cuando salgan a la luz todas y cada una de las triquiñuelas que advierten sus malquerientes acumuló en el camino para llegar hasta donde el mismo se encumbró –con el apoyo de muchos, a los que literalmente traicionó en su camino- y las que se sabe tienen listas y documentadas para soltarlas como “bomba” llegado el momento.
Advierten que se sabrá desde cómo fue que circunstancialmente creció su fortuna empresarial asociada a su relación con el Fidelato, cómo habría sido el único beneficiario de su misma administración municipal, vía empresas fachada, hasta la salida estrepitosa de la misma Dirección General de Aduanas, en donde montó toda una espectacular cortina para señalar que no le dejaban operar, cuando se afirma que los negocios eran multimillonarios, mismos que han quedado evidenciados en diversas notas periodísticas. https://www.animalpolitico.com/2020/05/denuncian-corrupcion-lavado-aduanas-progreso-tuxpan-mexicali/,y https://www.reforma.com/detectan-en-las-aduanas-huachicol-de-importacion/ar1997936
Y esperemos por supuesto que la sociedad no se deje influenciar por una vajilla, objetos de plástico, pelotas o juguetes que seguro abundaran como parte de la campaña electoral en su favor.
De esta manera, el salvoconducto en el que pretenden convertir a Ricardo Ahued para proteger de las responsabilidades por actos de corrupción a la actual administración serán una lápida muy pesada de cargar.
Al tiempo.
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