EN MEXICO, somos muy proclives a reclamar por todo lo que nos pasa, principalmente, cuando nuestros gobernantes, no cumplen con los compromisos contraídos, cuando hacen mal las cosas, o sencillamente cuando dejan de hacerlas, mostrando una evidente apatía para gobernar, así cuando dentro de su pura incompetencia, optan por reprimir al pueblo para que deje de hacerle las observaciones pertinentes o sencillamente para desviar la atención de los problemas que surgen durante su administración, queriendo engañar a todo mundo que están trabajando adecuadamente cuando la misma población se los exige.
Los ciudadanos que no votamos, somos los primeros que salimos a reclamar al gobierno su incompetencia y a chillar por todo lo que sentimos que nos afecta, pero que no fuimos capaces, cuando se eligió a los gobernantes en turno, de asistir a las urnas electorales para que con nuestro voto, definir el rumbo que deseábamos para este país, para este estado, o bien para el municipio donde vivimos y desarrollamos nuestras principales actividades.
Es por eso que se ha llegado a comentar que si no votamos, no tendremos el derecho a reclamar, porque en nuestro proceder o apatía ante las urnas electorales, cuando se nos exige que cumplamos con la obligación ciudadana, simplemente optamos por quedarnos en casa o bien salir a divertirnos a otra parte ajena al lugar donde tenemos que emitir nuestro voto, sumándonos, sin duda alguna, a la sombra del nefasto abstencionismo.
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Si no votamos en estas elecciones que tendrán lugar el próximo domingo, que de plano no nos quejemos después, cuando nos demos cuenta que no supimos o no quisimos, simplemente, unirnos a los ciudadanos que cumpliendo con su obligación y haciendo uso del derecho constitucional que les corresponde para ejercer su voto, cumplieron cívicamente y participaron en la decisión para cambiar el rumbo del país, o de su estado, o bien de su propio municipio, dejando, en cambio que sean otros los que decidan por nosotros dentro de un proceso importante como es el que se aproxima.
Votar, hay que recordarlo, es un acto democrático, donde jurídicamente se establece que se trata de un derecho que la propia constitución concede a los ciudadanos mexicanos, pero que también es una obligación ciudadana de todos para acudir a las urnas electorales.
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SE ME RAJÓ DANTE.
SI MAL NO RECUERDA este columnista, cuando Dante Delgado Rannauro, fue Secretario de organización del PRI, nacional, corrió el rumor y aquí, en el Estado, le dimos seguimiento, sobre la posibilidad de que el ex Gobernador de Veracruz, se convirtiera en el candidato a la Presidencia de la República. Finalmente, solo fue un rumor y no pasó nada, pero quedó, de alguna manera, registrada aquella ocasión en que este hecho, movió rápidamente a muchos grupos políticos ante tal versión política que tuvo resonancia nacional y ciertos visos de que pudiera convertirse en realidad.
Han pasado los tiempos, y en la reciente visita de Dante Delgado, a esta ciudad capital, ahora convertido en líder del Movimiento Ciudadano, declaró que su partido entrará de lleno en la sucesión presidencial del dos mil veinticuatro.
Por separado y fuera del contexto de la rueda de prensa que ofreció, nos permitimos preguntarle si Movimiento Ciudadano, lo lanzaría como su candidato a la Presidencia de la República.
El ex mandatario veracruzano, se sorprendió con la pregunta, la cual no quiso contestar directamente, alejándose, solamente, con una leve sonrisa, que si bien traía puesto el cubre bocas, pudimos observarla. Sin embargo, también pudimos escuchar a lo lejos, decir que no, no, no, lo que también pudiera interpretarse como un sí, sí, sí.
Sin duda alguna, ante la pregunta, Dante, se nos rajó, porque sencillamente, al parecer, no se la esperaba.
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LO QUE NOS ESPERA, PARA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES.
HAY CASOS POLÍTICOS muy apretados en el país, principalmente, en las gubernaturas que se renovarán en estas elecciones, así como en el caso de muchas posiciones legislativas, donde difícilmente podrían aceptarse triunfos de la oposición, por lo que, seguramente, que este proceso electoral que está por culminar, cuando menos en su fase ordinaria, se prolongará por más tiempo, ya que vendrán las impugnaciones, casi como requisito indispensable.
En ese sentido, las autoridades electorales, tendrán el trabajo de definir con toda claridad, a los que ganen sus respectivas posiciones políticas, dejando, sin duda, lo más difícil de resolver, al las propias autoridades de los tribunales electorales, para que con base en las pruebas contundentes, resuelvan en definitiva cada conflicto que habrá de presentarse.
Así que todavía nos espera, después de las elecciones, las constantes manifestaciones de inconformidad y desacuerdos con lo que resulte de la jornada electoral del próximo domingo, pero que ya no será cuestión de los ciudadanos, sino de las autoridades electorales y los tribunales que para el caso se encuentran establecidos.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede. |