La misma Canaco Veracruz advirtió que ante esta medida podrían perderse 30 mil empleos sumados a los 60 mil ya perdidos e insistió en que la medida no se politice, ya que lo único que genera es pánico y caos entre la población.
Si bien la salud es lo más importante en estos momentos, no debemos dejar pasar que una gran parte de la población se dedica al comercio y al no tener ingresos, están condenados al cierre de negocios y pérdida de empleos.
Por ejemplo, es de aplaudir que las autoridades sanitarias estén pendientes de los aforos en bares, cantinas y centros nocturnos y de no cumplirse, lleven a cabo la clausura correspondiente, pero hay otros lugares en donde ni se meten como los tianguis y mercados sobre ruedas porque salen correteados.
Allí es donde deberían verificar la sana distancia o el cumplimiento del cubrebocas sobre nariz y boca, pues muchos locatarios despachan como si nada pasara. Olvídese de desinfectar las zonas comunes o el dinero que pasa por sus manos.
No cabe duda que las medidas más fuertes son aplicadas para el comercio formal que ha invertido en un termómetro, en gel, un tapete sanitizante y hasta en desinfecciones periódicas de su negocio.
Cada vez es más común encontrarse a personas que para no usar cubrebocas usan el argumento de que ya fueron vacunadas y son inmunes, o los mismos jóvenes que no lo usan, porque a ellos no les dará; así lo dicen.
Este lunes arranca la vacunación con los treintañeros, aunque a los cuarentones aún les falta la segunda dosis. Esperemos que los casos de contagio disminuyan pronto, por la salud de todos, y la económica, por supuesto.
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