Nadie olvida que en marzo pasado, el gobierno federal puso en verde el semáforo epidemiológico para Veracruz y en consecuencia reabrieron los balnearios, las playas y se permitieron fiestas, bailes y todo tipo de eventos masivos como ferias, fiestas patronales y juegos mecánicos.
Inclusive, simularon implementar restricciones en las playas del estado, pero a pesar de ello el arribo de turistas de todas partes de la República, rebasaron esas “restricciones” y aunque no con la fuerza que se temía, pero innegablemente hubo rebrote de contagios.
La finalidad de esa tolerancia era darle una bocanada de aire a los hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios que estaban al borde de la quiebra, pero como las necedades cuestan caras, a nivel estatal el semáforo retrocedió nuevamente e inclusive algunos municipios como Xalapa, Veracruz y Córdoba volvieron al rojo. En Poza Rica el hospital general del IMSS se encuentra al 100 por ciento de ocupación de pacientes Covid, Orizaba y Fortín también están a la alza.
Pero no toda la culpa es del gobierno estatal, de la Secretaría de Salud ni de los alcaldes. No puedo, ni debo dejar de señalar la irresponsabilidad de los ciudadanos, de esos que pecaron de confiados, de los que dejaron de usar el cubrebocas, de quienes organizaron fiestas de 100, 200 y hasta 300 invitados, de los que apenas vieron ligera mejoría de la situación organizaron borracheras en sus casas o se fueron de fin de semana a divertir, no obstante que a través de los medios de comunicación el mensaje recurrente era a no bajar la guardia y seguirnos cuidando.
A partir de este jueves 15 y hasta el miércoles 21 de julio en los municipios se vigilará que la población aplique las medidas sanitarias y recomendaciones generales, como sana distancia, buen uso del cubrebocas y lavado de manos.
Carajo, eso no basta. Se necesita que los ciudadanos se cuiden, pero que las autoridades de Transporte Público impongan severas multas a concesionarios y choferes que permiten abordar autobuses a personas que no llevan cubrebocas, a quienes por voracidad llevan sobre cupo, que permiten subir a cantantes y comediantes sin careta y que esparcen saliva que puede propagar el virus.
Lo mismo en Córdoba, Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Orizaba, Poza Rica y otras grandes ciudades, frente a sus narices los taxis prestan el servicio como colectivos, lo cual, además de violar la ley y la concesión que se les otorgó, constituye un grave peligro de contagio. No seamos irresponsables y como ciudadanos denunciemos estos abusos.
No olvidemos que aún cuando nos hayamos vacunado, el biológico no evita el contagio sólo mitiga los efectos de la enfermedad y en los centros comerciales, gimnasios, estéticas, cines y cafeterías, guardemos sana distancia, pero preferentemente quedémonos en casa.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta que la variante Delta de Covid ya tiene presencia comprobada en 14 países de América, incluido México. Delta no es más mortal, pero sí altamente contagiosa y de silencioso avance, de tal suerte que cuando se detecta y se atiende puede ser demasiado tarde y costar la vida.
El gobierno del estado también exhorta a la población, en especial a los jóvenes, a que se autorregulen y hagan conciencia para evitar aglomeraciones en lugares abiertos y cerrados. Al menos en Xalapa están cerrados por ley los salones de fiestas.
Ahhh!! pero ¿qué cree? No faltan los estúpidos adinerados que dicen, no se preocupen hacemos la carnita asada, la boda, el bautizo, los XV años en mi rancho de Banderilla, La Vigas, Actopan, Alto Lucero, Alvarado, Emiliano Zapata, Huatusco, Coscomatepec, El Conchal, Mandinga, Yanga, Papantla, o cualquier otro lugar de descanso.
Al menos las autoridades recapacitaron y ya dijeron que no habrá regreso a clases presenciales en el próximo ciclo escolar, eso habría sido el colmo, la estupidez más grande.
Señoras y señores, la pandemia no ha pasado, el virus sigue vivo y está mutando, nada lo detiene, en tan solo una semana hubo más de 6 mil nuevos casos de contagio, por favor quédese en casa, es por la vida de los suyos, después no diga que nadie le advirtió que el mal de Judas sigue al acecho. |