Sabemos, de acuerdo a la lectura de los historiadores de México que, que en la época colonial los primeros pobladores crecieron a partir de espacios verdes, uno en especial dedicado a la “plaza” en donde se vendían los productos de alimentos para la población, en su alrededor la construcción de lo que se llamaría el centro cívico y que da forma a una ciudad, digamos con su iglesia y el palacio como son los casos de nuestros pueblos del distrito de Coatepec, de ahí la formación de los tianguis que perduran a pesar de haberse formalizado el comercio… el ambulantaje no es nada nuevo ni algo del otro mundo.
Pero no deja de ser un problema, grave y peligroso urbanamente hablando.
Coatepec, ciudad colonial, de gran historia, culta y esplendorosa, no escapa a este fenómeno del ambulantaje, incluso se justifica jurídicamente a la relación de derecho que está presente en toda sociedad y en consecuencia, la participación de la autoridad, en este caso, de los respectivos ayuntamientos con sus diferentes estilos de gobierno, de siglas y de personajes. Es el ambulantaje además una convivencia social adquirida por los mismos sectores sociales, una parte en la protesta y descontento, pero lo solapa de alguna manera, la normatividad existente propicia intereses particulares en una dinámica de conflictos, en el tema que comentamos de los espacios públicos, de convivencia y de tránsito
Las encuestas que hemos realizado, arrojan resultados en pro y en contra no por la permanencia de los vendedores ambulantes, los que se instalan en el parque Miguel Hidalgo de Coatepec, sino por el acomodamiento temporal ahora en las céntricas calles de Aldama y de Jiménez del Campillo, en los alrededores de la iglesia principal, la de San Jerónimo, en donde los mismos ambulantes, los que expenden churros en sus diferentes modalidades, papas fritas, hamburguesas, nieves, juguetes y ropa para niños, globos acaparando muchos espacios viene siendo ese sector informal que existe previamente, de años, en una “modernidad formal” que produce derramas económicas, algo explicable tomando en cuenta el factor que establece las limitaciones a la libertad social del ciudadano, y que en la realidad histórica no han faltado y en la actualidad sucede lo mismo, limitaciones que son impuestas jurídicamente por la voluntad autocrática de la autoridad, a pesar que la ciudad de Coatepec, en este tema del polémico ambulantaje cuenta con marcadas aglomeraciones urbanas de dimensiones y desde luego que repercute ante el constante crecimiento
Este vendedor de la calle, llamado también buhonero labora dentro de una relación legal y comercial, formal e informal jugando un papel relevante la convivencia y la armonía social, es decir, la misma gente lo critica pero lo mantiene activo al acudir a comprar, cierto es, preferentemente de fuera de este lugar, visitantes de lugares aledaños, y para ellos, da lo mismo adquirir las papas y los churros en donde están ahora que en el parque municipal, en plena remodelación, he ahí el cuestionamiento de una magnifica obra que, nuevamente con la instalación del ambulantaje, dejaría de mostrar su belleza de lugar de esparcimiento, familiar y de recreación. Vimos apenas el viernes pasado en una panorámica, la forma en que está quedando… bien a secas.
Piso impecable, nuevo alero del kiosco, jardín en el monumento a Miguel Hidalgo y Costilla, atractivas jardineras, un modelo de acuerdo a este pueblo mágico a punto de lograr un aniversario más como tal, parece ser que 16 años y que los vendedores ambulantes al decir de un fuerte sector de la población, lo dañarían y con sus carros y carpas lo convertirían en tianguis aldeano, siendo importante que los propios ambulantes dijeron, - no todos, aclaramos – pero si en su mayoría, que venden más en la calle que dentro del parque Miguel Hidalgo de Coatepec…
Los boleros, conocidos como betuneros o limpia botas, comentaron a esta columna que ahora tienen más trabajo en ese lado de la iglesia, frente a la sucursal Bancomer, que en el parque… la clientela llega mientras son atendidos en la larga fila de este sitio bancario, incluso el baño público está más próximo para ellos y en cuanto a las ardillitas, lo mismo continúan en el parque como en los árboles que se encuentran afuera de la iglesia…
Finalizamos una parte más de estas encuestas entendiendo que la informalidad de este comercio, es una actividad que son de facto y por lo tanto fuera del alcance de la norma, a la vez es de gobernanza dentro de un contexto institucional para ello no sirven normas pero son tan variadas que resulta difícil aplicar jurídicamente las medidas, quedando de manera coherente para el mantenimiento de la paz social, más todavía si falta una política pública integradora…
Quien ha quedado solitario, el voceador estrella, nuestro amigo Toño, acomodado en una ventana de El Caporal… discreto, solamente calla.
Continuaremos.
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