Ante Charles Michel, presidente de la Comisión Europea; Alicia Bárcena, de la Cepal y de presidentes, ministras, ministros, representantes diplomáticos de América Latina y el Caribe, el mandatario mexicano fue muy puntual al destacar que ningún gobierno se arrogue la facultad de someter a otro país bajo ningún motivo.
En cuanto a lo económico y comercial, propuso que junto con Estados Unidos y Canadá se construya un acuerdo para fortalecer el mercado interno en el continente, ya que en la actualidad es deficitario en relación con Europa y sobre todo, con respecto a Asia.
Por último, señaló, esta integración productiva con dimensión social debe contar con el componente de inversión para el bienestar de todos los pueblos de América bajo el criterio de que el progreso sin justicia es retroceso. Se trata de ir hacia la modernidad, pero forjada desde abajo y para todos.
Así, ante el asombro de los líderes regionales, el mandatario mexicano citó un discurso del presidente John F. Kennedy del 13 de marzo de 1961, destacando que “millones de hombres y mujeres sufren a diario la degradación del hambre y la pobreza, son millones los desprovistos de albergue adecuado y de protección contra la enfermedad, y sus hijos carecen de la instrucción o el empleo que les permita mejorar su vida y cada día el problema reviste mayor urgencia”.
El mandatario mexicano se mostró visionario, conocedor de la historia y sobre todo, puso en evidencia el fallido modelo neoliberal que tanto ha afectado a los habitantes de América Latina y el Caribe. Su análisis de la problemática regional, sus propuestas y sus soluciones humanistas, lo colocaron como un político de altura de miras, como un estadista regional.
En la “Declaración de la Ciudad de México”, los líderes de este organismo regional reiteraron “el compromiso con la unidad e integración política, económica, social y cultural, y la decisión de continuar trabajando conjuntamente para hacer frente a la crisis sanitaria, social, económica y ambiental, ocasionada por la pandemia de COVID-19, el cambio climático, desastres naturales y la degradación de la biodiversidad del planeta, entre otros”.
Julen, patadas de ahogado
En una acción de “desesperación política”, luego del desafortunado encuentro que promovió con el líder del partido español de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, lo que mereció el repudio de sus propios compañeros panistas, el senador Julen Rementería quiere sacarse la espina y ahora se lanza en contra de la misión de médicos cubanos que trajo el presidente Andrés Manuel López Obrador para ayudar a los mexicanos.
¡Qué bárbaro! Desesperado, angustiado porque sus propios correligionarios lo sacaron de la carrera por la gubernatura de Veracruz, que tanto ansía, el panista porteño ya no sabe qué más sacar de su desgastada manga. México recibió el apoyo solidario de Cuba, enviando una misión de médicos y ahora este hombre quiere desprestigiarlos.
La desesperación de Julen Rementería no tiene nombre. Sus propios compañeros panistas y los veracruzanos, que tenemos memoria, ya no queremos a políticos oportunistas que sólo piensan en sus negocios e intereses.
¡Ya mejor cállese señor Senador!
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