La Consulta Popular del próximo domingo 1 de agosto marcará un antes y un después en la historia de nuestro país. En primer lugar, porque se trata del primer ejercicio de esta naturaleza, un hecho histórico. En segundo porque es un ejercicio democrático que empodera al pueblo dándole la facultad de participar en la toma de decisiones.
Seremos nosotros, el pueblo, hombres y mujeres de bien, quienes tomaremos la decisión de iniciar, el procedimiento enjuiciar a los mandatarios que tanto mal le hicieron a nuestro país.
Se trata, así lo ha dicho el jefe de las instituciones del país, que no nos conformemos con la democracia representativa, sino que avancemos en la democracia participativa. En la democracia mexicana, desde hace muchos años se ha hablado del referéndum, del plebiscito y de la revocación del mandato, pero es hasta ahora que se le está diciendo al pueblo que puede actuar y tomar estas decisiones, y a su vez hacerle saber a los gobernantes que hay contrapesos ante las decisiones que tomen.
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No debemos olvidar el daño que hicieron las administraciones de los expresidentes. La indignación que como ciudadanos sentimos ante el indolente actuar de quienes por años nos gobernaron: la casa blanca, los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, los gasolinazos, la violencia imparable y la mal llamada guerra contra el narcotráfico, la estafa maestra, las empresas fantasmas, no se puede olvidar. ¿Cómo olvidar? la represión brutal contra los maestros, contra jóvenes estudiantes, contra campesinos, y el asesinato de periodistas.
No podemos regresar a ese pasado, al pasado donde se normalizó la corrupción y la persecución del Estado, como con el caso PEGASUS: un sistema de espionaje que instaló en el país, durante la administración de Peña Nieto, para vigilar a políticos, líderes sociales, periodistas y activistas. Aunque la compañía NSO Group, ha negado que realice este tipo de actividades, existen pruebas contundentes de que, como se hizo en otros países, esto se aplicó en nuestro país.
Aunque originalmente el sistema fue ideado y desarrollado para la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo, en México quienes gobernaban lo utilizaron para espiar a enemigos políticos, a líderes sociales y a opositores al gobierno. El propio Andrés Manuel López Obrador fue seguido y perseguido por este sistema que contrató el gobierno de Enrique Peña Nieto.
En estos días, la FGR dio a conocer detalles sobre la empresa que operó el malware en nuestro país, y la Unidad de Inteligencia Financiera dio a conocer que la red de empresas con la que se contrató “Pegasus” habría recibido más de 6 mil millones de pesos.
Detrás de esta red de espionaje se encuentra sí el ex presidente Enrique Peña Nieto, pero también funcionarios de su gobierno como Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación y Jesús Murillo Karam, ex titular de la Fiscalía. Los mexicanos deben saber el daño que estos políticos hicieron al país y cómo hicieron uso de recursos públicos para la contratación de esta red de espionaje.
El presidente en Veracruz
Este fin de semana estuvo nuevamente en Veracruz el presidente López Obrador, para recargar de energía y esperanza al que considera su pueblo. Al hablar sobre la tan anhelada justicia, dijo, por ejemplo, que nuestra entidad “durante mucho tiempo padeció de malos gobernantes. Gobernadores mediocres, ladrones. Por eso la gente sufría, padecía. No quiere decir que ya se viva en una sociedad perfecta. Claro que hay problemas, pero ya no es igual”.
Al inaugurar instalaciones de la Guardia Nacional en Xalapa, añadió: “se está enfrentando la pandemia y se está al mismo tiempo, saliendo adelante, porque con una mano se está enfrentando la crisis sanitaria y con la otra la crisis económica y de bienestar social. La gente no pierde la fe; la gente en Veracruz y en todo el país, está esperanzada, sigue confiada en que las cosas van a mejorar, a pesar de los pesares. La autoridad en Veracruz está dando un buen ejemplo”.
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