Era una especie de código, y aparte, los medios se constreñían a tele, radio y prensa escrita… no más y nomás: La Primera Dama era casi intocable. Por supuesto, no podía evitar ser blanco de críticas y rumores en los corrillos, la mayoría de ellos, generados por su marido o por algunas ocurrencias… como le ocurrió a Cecilia Occelli de Salinas cuando hicieron “Don Juan” a su esposo a quien le endilgaron romance con Adela “Lo-Niega”. Sí, el escarnio fue para la actriz pero para la señora Occelli, la vergüenza de estar metida en esos rumores.
Vamos un poco más atrás, con doña Carmen Romano de López (otro López conocido como el Perro… el otro es el Peje) y la excentricidad de viajar con un piano por todo el mundo para dar a conocer la belleza cultural de México, al grado de que cuenta la leyenda que en Venecia, hubo que tumbar una pared para que entrara a la habitación de la señora… hay quienes en lugar de Primera Dama, le llamaban Primera Concertista de Los Pinos.
No sé si Doña Carmen haya sido la Primera Dama con un mote, sobrenombre, apodo o cognomento… no, defensores del hashtag #BeatrizNoEstasSola, Cognomento no tiene que ver con la “Cognitividad” de doña Beatriz Gutiérrez Müller… y no está de más citarlo: Cognomento se refiere al renombre que adquiere una persona por causa de sus virtudes o defectos, o un pueblo por notables circunstancias o acaecimientos, como el Caballero de la Política, Pepe Yunes Zorilla, o la Cuatro Veces Heroica Veracruz…
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Por cierto, ya que citamos a Doña Beatriz y los motes, sobrenombres, apodos o cognomentos, el fin de semana estuvo sonando la Zopilota en las redes…
El apodo tiene dos circunstancias: tino y humor.
Tino, porque debe ser un traje a la medida, exacto, sin rayar en la ofensa; humor, porque quien lo recibe, debe reírse porque de cierto modo, es una descripción de su persona, de su físico, cualidades o defectos… nada que le sea ajeno.
En el caso de la Zopilota, han de disculpar los derechairos, pero nomás no le veo en lo inmediato, una característica del ave, sea física o de comportamiento, que empate con la señora Gutiérrez de López, pero para no ser un aguafiestas, la lógica me lleva a creer que el apodo busca ser la contradicción inmediata de otra Primera Dama (a doña Beatriz no le gusta tampoco ese cargo nobiliario político), Angélica Rivera, la Gaviota, como en los medios se le conoció a la entonces esposa de Enrique Peña Nieto.
Sí, el apodo a La Gaviota obedecía al papel que en la telenovela “Destilando Amor”, interpretó Angélica Rivera. El éxito fue tal que el sobrenombre de su personaje (Teresa Hernández) la acompañó con un dejo de cariño por muchos mexicanos (¿o más mexicanas?) aun siendo Primera Dama.
Al inicio comentaba el código de respeto y el trabajo de los medios en torno a la Primera Dama… al parecer éste se rompe con el nuevo siglo y la evolución de las redes sociales… Marthita Sahagún y Margarita Zavala se convirtieron en parodia desde el Privilegio de Mandar… hasta ahí todo era risa… con Angélica Rivera, las redes sociales, en especial Twitter, se llenaron de insultos no sólo a su profesión, sino también a sus hijas, a su familia… Actualmente, el ataque a doña Beatriz es similar o peor que el que sufrió su antecesora a tal grado que la señora prefiere publicar en Instagram (una red fresa) que en Twitter… pero no todo lo que publica Gutiérrez Müller es “fashion”... También le gusta criticar a grados de “cognitividad” no conocidos y siendo figura pública, se expone a todo, hasta que le digan La Zopilota.
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