Sin idea de lo que es manejar la entidad, verbalmente limitado, sin capacidad de raciocinio, negado para el diálogo y carente de madurez política, Cuitláhuac ha ido de tumbo en tumbo, de desatino en desatino y ahora de represión en represión.
Este jueves el subdirector del Heraldo de México Raymundo Sánchez Patlán, no tuvo piedad de él y lo hizo pedazos en su columna Periscopio con un título que debió calarle hasta los huesos: “Cuitláhuac García, el Daniel Ortega mexicano”.
Raymundo comienza su texto con un listado de cinco políticos a los que el gobernador tiene en la cárcel acusados del ignominioso e inconstitucional delito de Ultrajes a la Autoridad “que le ha servido para encarcelar a opositores, críticos de su administración y ciudadanos inocentes”.
El periodista agrega que en sólo dos meses fueron aprehendidos bajo ese cargo 150 personas en la entidad. Y que a pesar de que Ultrajes a la Autoridad fue declarado inconstitucional en el 2016 por la Suprema Corte de Justicia, Veracruz es el estado que sanciona con más años a las personas acusadas de ese delito que se aplica hasta por levantarle la voz a los policías.
Y en efecto lector, pero déjate de levantarles la voz; cuidadito y les levantas una ceja porque puedes ir siete años con tus huesos a la cárcel.
Raymundo no descubrió el hilo negro, pero fue muy puntual al asegurar que con Ultrajes a la Autoridad, Cuitláhuac se mandó hacer una macana a su medida: “Justo como Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua que mantiene presos a unos 160 opositores y es ensalzado por el ala morenista que apoya a Cuitláhuac”.
Crudo el retrato el que hizo Sánchez Patlán del gobernador veracruzano. Y muy cercano a la verdad cuando lo compara con el dictadorzuelo centroamericano.
Me pregunto, ¿qué sentirá el gobernador al saber que su fama de represor traspasó las fronteras veracruzanas y no tarda en traspasar las del río Bravo y el Suchiate?
La palabra represor es algo más que un tatuaje. Si Daniel Ortega trascenderá a su muerte como represor, Cuitláhuac García cargará con ese estigma mientras viva.
Promueve Marlon apoyos a huérfanos del Covid
Hasta octubre de este año el Covid había dejado huérfanos a 244 mil 500 niños, niñas y adolescentes en nuestro país que perdieron a sus padres, o a sus abuelos que fungían como tutores. En este renglón México ocupa el tercer lugar mundial en cuanto al número de menores en orfandad, sólo debajo de India y Brasil.
¿Qué han hecho los gobiernos estatales y el federal por estos menores? No mucho que digamos. Si algo hubieran hecho ya lo habrían cacareado como cacarean cualquier dádiva que otorgan con nuestros impuestos.
El diputado Marlon Ramírez Marín, presentó un anteproyecto en el que se exhorta al Poder Ejecutivo de Veracruz, a disponer de los recursos necesarios para conformar un fondo solidario destinado proteger a esos niños y niñas huérfanos, pero fue más allá al pedir apoyo a las viudas y viudos del Covid-19.
El priista detalló que esta propuesta tiene la finalidad de contribuir a la satisfacción de las necesidades más básicas de los afectados. “Este anteproyecto se encuentra alejado de mi actividad política. Ante ustedes, renuncio a la autoría del mismo para cederlo a la LXVI Legislatura. Que no sea porque un servidor lo propone, el motivo por el que Veracruz no lo disponga. Que no sea yo, o mi partido, el causante de la negativa de adhesión de los seres humanos que conforman esta Legislatura.”, expresó en tribuna.
Marlon se comprometió a no llevar a cabo publicidad de esta participación con fines políticos; “Creo que es tiempo de construir una presencia institucional firme y decidida, solidaria con estos veracruzanos que padecen estas tribulaciones, principalmente niñas, niños y menores de edad, que perdieron a su madre o a su padre o a ambos por el Covid.”
En Veracruz se han confirmado 123 mil 796 casos de contagios y el número de fallecidos asciende a 14 mil 803, dijo el legislador.
Ramírez Marín pidió a sus compañeros diputados extender la mano a través del orden jurídico, a las niñas y niños que hoy no tienen a quien tomarle la mano. Es tiempo dijo, de olvidar diferencias y reencontrar coincidencias.
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