MUCHO ha declarado Dante Delgado Rannaro, respecto de la posición de su partido político denominado Movimiento Ciudadano, en el sentido de que esta organización política, buscará, por sí sola, competir por la presidencia de la república, en el año dos mil veinticuatro.

Tal vez, lo haga, pero antes tendría que hacer cuentas sobre los alcances político electorales que tiene. Es de sobra conocido que sus triunfos políticos en una o dos entidades del país, no son suficientes para intentar una aspiración de esta naturaleza. Definitivamente, no habría tantos votos como para poder superar la avalancha de morena, ni siquiera llevando como candidato al propio Ricardo Monreal Ávila, qué a decir verdad, tiene más posibilidades que el mismo joven Colosio, o el Gobernador de Nuevo León. Estos personajes están verdes todavía para poder enfrentar una responsabilidad de esta naturaleza.

A Dante Delgado, le está sucediendo lo mismo que al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, donde el poder perece haberlos obnubilado, a tal grado de que no miran ni reconocen que existen muchas otras circunstancias que les impiden, a ambos, seguir con sus caprichos.

Pero, si algo se debe analizar, podría ser la supuesta creencia política del ex gobernador del Estado de Veracruz, haciendo ver que tiene mucho poder o que sencillamente su partido tiene el capital político necesario para arriesgarse solo y que, incluso, ganaría la elección, para poder vender caro su amor, es decir, llegado el momento preciso coaligarse con otros partidos políticos y sacar la mejor de las rebanadas del pastel. Eso, tal vez, sería mejor argumento, porque eso de pensar que solo ganaría la presidencia, ni siquiera soñarlo.

Es claro, que Dante, tiene otras tiradas, es decir, que estratégicamente está moviéndose en el escenario político nacional, para poder ser quien pueda decidir, en determinado momento sobre una posible candidatura de los partidos políticos opositores al partido político en el poder, pues de otra manera, si es como dice que su partido político irá solo en la búsqueda de la presidencia, pues será una mera aventura política, pero no tiene, cuando menos en este momento, los alcances necesarios para poder acumular más votos que morena, aunque esta organización, en su interior, se desmorone. Dante, como lo piensa hacer en Veracruz, con un grupo político, debe hacerlo también a nivel nacional, es decir, sumarse a los demás partidos en coalición y presentar, entre todos, una verdadera oposición.

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MUERTO EL REY, QUE VIVA EL REY.

MUCHO REVUELO HA generado la decisión del presidente de la república, de dejar un testamento político, en el caso de que falleciera antes de concluir su mandato, dizque para asegurar la continuidad de su proyecto y la gobernabilidad de este país.

Qué cosa tan más aberrante, ya que si lo previsto sucediera, tendría que sujetarse a lo que se dispone en la constitución general de la república, más no atenerse a lo dispuesto por él, pero seguramente, el presidente esté pensando que aún muerto, tendría el suficiente poder para que los demás hagan lo que desde ahora dispone, es decir, que con la mayoría en el congreso y su apabullante popularidad, los diputados obedecerían exactamente lo que les dice a través de este documento, aún tomando en cuenta lo dispuesto por la constitución.

Solamente de esta manera es como se entendería que quiera dejar dispuesto el destino del país, sobre todo, porque ahora más que nunca, se siente dueño absoluto de México, al grado de que considera que es de su propiedad y que puede disponer a quien dejarle el mando como beneficiario político, siempre con la consigna de que dé continuidad a su proyecto político de la cuarta transformación.

Pero, como en todos los casos, siempre existe el pero, es decir, que no ha pensado por un momento que si muere, muerto es y por lo tanto, muerto el rey, que viva el rey. El testamento, en este caso, saldría sobrando.

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 A RICARDO, NO LO PARA NADIE.

DICEN QUIENES LO HAN VISTO entregarse por completo a su trabajo, que Ricardo Ahued Bardahuill, alcalde de Xalapa, posiblemente tenga algún pacto con la vitalidad, porque no descansa para nada y trae a sus colaboradores en completa actividad, de tal manera que podrán no aguantarle el paso. Trae suficiente cuerda y posiblemente quiera ganarle tiempo al tiempo, por aquello de lo que podría suceder en el futuro casi inmediato.

Hay algunos de los servidores públicos, en los cuales se apoya, que ya lo conocen y están acostumbrados a al incesante ritmo de trabajo, pero la gran mayoría tendría que acudir al fortalecimiento vitamínico para lograr estar de pie para cuando él los necesite y aunque es poco el tiempo que lleva al frente del ayuntamiento, bien se sabe que su forma de trabajar es de esa manera.

Y es que el alcalde por segunda vez, en Xalapa, ha hecho compromisos que tiene que cumplir, no tan solo por obligación, sino por convicción, sabiendo que los ciudadanos de esta capital veracruzana, le han depositado confianza, pero también por el anhelo de ver cumplidos sus propios propósitos de devolverle a Xalapa, parte de lo que Xalapa, le ha dado.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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