No lo decimos nosotros, la misma Jesusa Rodríguez, siendo senadora de la República, dijo que su vida giraba en torno a la planta de cannabis. Entrevistada ha dicho: "La definición de droga está equivocada. La marihuana no es una droga, como no lo es el peyote, como no lo son los hongos (…) Son plantas sagradas y hay que regresarles su lugar”. En otra ocasión declaró: “La marihuana es una planta extraordinaria que tiene beneficios increíbles, que ha sido satanizada para ser abusada comercialmente”. Tal vez por ello la Alianza Panameña por la Vida y la Familia, a través de una nota firmada por su vicepresidente, Rupert Neblett, pidieron se rechace la designación de Jesusa Rodríguez como embajadora de México en Panamá. Jesusa Rodríguez llega en lugar de Pedro Salmerón, quien también fue rechazado por ser un presunto acosador sexual. En esa carta dirigida al vicepresidente dijeron: “No aceptaremos que a nuestro país se le envíe todo lo que estorba”. Dirigiéndose al presidente de Panamá, la Alianza Panameña por la Vida y la Familia dijo: “Señor presidente (Laurentino Cortizo), Panamá, representado por usted, no tiene precio; no se merece ser tratado con la falta de respeto con la que el señor López Obrador pretende seguirnos tratando. En usted confiamos para que nos represente con dignidad”. Sólo falta que también Jesusa Rodríguez renuncie y López Obrador quiera mandar como embajador a Félix Salgado Macedonio.

Dice Cuitláhuac García: “Antes de que desaparezcan los poderes en Veracruz, primero desaparece el PAN”. ¡Cuidado que sí lo cumple!

Cuidado con lo que dice el gobernador de Veracruz, quien en varias ocasiones ha dado muestra de lo irresponsable que es. En Álamo, después de decir que los panistas buscan cualquier artificio para desaparecer los poderes en Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García sacó al tirano que siempre ha traído dentro: “Antes de que desaparezcan los poderes en Veracruz, primero desaparece el PAN”. Esta frase que podría parecer figurativa, en el contexto de las detenciones arbitrarias, de los asesinatos políticos y de las acusaciones de que el secretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos podría estar protegiendo a un cártel por encima de otro, podría ser bastante futurista. ¿Es capaz Cuitláhuac García de quitarse a un adversario político de encima? Ahí están los casos de Franco Castán, Tito Delfín o José Manuel del Río Virgen. Basta con que el gobernador le pida a Éric Cisneros Burgos que se encargue del asunto, y el Bola 8 no tendrá empacho en ocuparse del asunto utilizando las armas que utilizó meses, semanas y días antes de la elección de 2021. De modo que decir “primero desaparece el PAN” no es un asunto que guardar, pues bien podría ser una amenaza velada.

Dice Alejandro Aguirre que López Obrador regañó a su hijo. Que le ardió en el alma que ventilaran sus lujos y que anda encabronado

De manera un tanto fantasiosa (periodismo-ficción), Alejandro Aguirre, quien al parecer tiene micrófonos y cámaras en palacio, asegura en su columna de El Universal, que el presidente Andrés Manuel López Obrador regañó a su hijo por el tema de las casas en Houston y la señora que tiene dinero”. Señala el periodista: “Y es que tenían varias semanas sin platicar, aunque habitualmente mantienen comunicación telefónica. La charla fue ríspida, y quien más habló en toda la conversación fue AMLO; le dijo que lo había expuesto ante sus adversarios, y que ojalá no estuviera involucrado en algo que (rumbo al 2024), cavara su tumba política”. El presidente y su equipo de Comunicación tuvieron dos días para elaborar una respuesta al escándalo, incluso, dice Aguirre, hasta pensaron en hablar con Peña Nieto, quien pasó por una situación similar, (la Casa Blanca de su esposa), pero al final no quisieron hacerlo. Lo que sí es creíble es que el presidente anda bien encabronado, pues ni lo de Pío le había dolido tanto. Anota el periodista: “Los días de furia vividos hace algunos meses son cosa menor con el ambiente que hoy reina en la mente de AMLO, y en los pasillos de Palacio Nacional. Los golpes asestados con Pío, Felipa, Delfina Gómez y otros fueron duros de digerir, pero el de su hijo, José Ramón, lo tiene auténticamente desencajado, desubicado, colérico, y es incapaz de ocultarlo”.

Armando Ortiz                       

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