Ante el estiaje que se aproxima y la puesta en marcha de los llamados tandeos por la escasez del vital líquido, resulta paradójico que la ciudad de Xalapa que significa “Manantial o manantiales en la arena” o “lugar de aguas arenosas”, tenga que sufrir del tandeo para que gran parte de la población cuente con agua. Y la pregunta obligada es: ¿Qué pasó con los manantiales que dieron nombre a la ciudad?
En el Archivo Histórico Municipal de Xalapa existen testimonios acerca de algunos manantiales localizados en diferentes rumbos de la ciudad, de los cuales emanaba el vital líquido a flor de tierra de excelente cantidad y calidad de agua potable. Lamentablemente como siempre ocurre, lo que no cuesta no se aprecia y muchos de estos manantiales empezaron a tener una altísima contaminación. Familias xalapeñas del siglo pasado recuerdan la existencia de esos manantiales, algunos todavía persisten otros desaparecieron y otros más solo quedan en el recuerdo de las familias, dice doña Elenita Cerdán Montufar xalapeña nonagenaria. En el Archivo Histórico de la ciudad se hace mención del manantial “Chorro de San Pedro” que se entubó hacia el parque de Los Tecajetes por los trabajos de pavimentación de calles aledañas, desaparecieron los lavaderos que abastecía. Actualmente sus aguas se vierten en fuentes y estanques con peces de colores lo que demuestra su calidad. Lo ilógico es que al final esta se vaya al drenaje. Supuestamente antes corría el agua de este manantial a la calle Sexta de Juárez, donde terminan las escalinatas que se inician de la avenida Manuel Ávila Camacho y desembocaba a la calle de Ursulo Galván y Ayuntamiento. Lamentablemente ese arroyo que en algún tiempo fue de aguas cristalinas hoy es un caño sucio y maloliente en donde se vierten los drenajes de las casas, negocios y hasta de una gasolinera. Digno de mencionar el de Techacapa, ubicado en un inmueble de la calle de Landero y Coss donde hoy se encuentra la Comisión de los Derechos de los Indígenas, ese nacimiento que data de 1777 brotaba y corría libremente dando nombre al manantial y lavaderos, de acuerdo a la placa alusiva que ahí se encuentra. Estos nacimientos de agua que además de darle nombre a la ciudad satisfacían las necesidades de la población y embellecían el lugar algunos de ellos corrían por las calles.
Destaca el de Xallitic que surtía de agua a 28 lavaderos públicos que aún existen y en la actualidad el agua sirve para el uso de sanitarios y limpieza del mercado Jáuregui. El Infiernillo se localizó en el interior de una casa de la calle Fray Bartolomé de las Casas antes “Callejón del Infiernillo” y desde hace muchos años surte de agua a la Casa de los Leones ubicada en la calle de Lucio. El Chorro Poblano nacimiento que se cree fue entubado hacia el parque Los Tecajetes, descargando en una caja de concreto bajo lo que fuera la jaula de los jabalíes, cuando existía el zoológico. El chorrito es un manantial que descarga en el Lago, junto a la llamada Casa de Artesanías, hoy Centro Cultural Los Lagos. Todavía se puede observar el salto de agua, junto a la orilla. La Calavera, se localiza casi en la orilla del lago del Dique, abajo del parque infantil del DIF “Virginia Cordero de Murillo Vidal”. El manantial Coquet de la calle de Ursulo Galván, está en una casona que esta junto al parque Bicentenario. El manantial de las señoritas Valdés, este nacimiento es una pequeña filtración proveniente del edificio de la Cruz Roja de la calle de Clavijero y que colinda con el predio que ocupa lo que fuera el Cine Xalapa, el escurrimiento descargaba a una cisterna que era aprovechada en su tiempo para los servicios del cine. El manantial de las señoritas Terán, este se localizaba en el patio posterior del bazar del parque y se dice que eran filtraciones del manantial de Techacapa. El manantial Ojo de Agua, se localizó donde existía una fábrica de cerveza y de hielo La Estrella, actualmente ahí se localiza el Super Che entre las avenidas Ruiz Cortines e Ignacio de la Llave este nacimiento desembocaba en lo que era el aserradero de la calle de Cuauhpopoca. Los nacimientos de agua del parque Juárez, su agua se aprovechaba para los servicios sanitarios del palacio de Gobierno, por medio de bombeo, el excedente está entubado a la calle de Barragán a la altura del surtidor ornamental y escurre a la zona de Los Lagos. El Manantial de Los Berros se sabe que desde 1957 cuando se repavimentaron las calles de esa zona, el agua se canalizó al drenaje. En la Casa de Campo de las calles de Venustiano Carranza y Atletas existía un nacimiento y los lavaderos del mismo nombre, pero al secarse el manantial dejaron de funcionar. En el edificio de la Cruz Roja al fondo del predio hay un manantial, el líquido que es captado en una cisterna se emplea en los servicios sanitarios y de limpieza del inmueble. En la calle de Alfaro en la casa del señor José Muñoz existía un nacimiento de agua que con el paso del tiempo se perdió. Los Ameles eran pequeñas filtraciones que se observaban en las fracturas de las rocas en la parte sur de ese paseo en donde existía anteriormente el inmueble del Sindicato de la Fábrica de Hilados y Tejidos, por el rumbo del Dique.
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Cincuenta años después muchos de estos nacimientos de agua aún existen, la mayoría de manera descuidada, unos contaminados, otros a punto de desaparecer, lo más lamentable es que la generalidad de ellos se pierden en los drenajes pluviales de la ciudad sin ser aprovechados, pese a la escasez del vital líquido y de la enorme demanda que existe por el crecimiento poblacional de la ciudad. Escapan muchos nacimientos más, que de manera natural surgían por las múltiples corrientes subterráneas de agua que cruzaban la ciudad. Ejemplo de ello es que antaño en muchas casas existían en los patios y traspatios pozos de donde nacía agua limpia y cristalina. Yo tuve la fortuna de contar con un pozo artesiano en la casa y en épocas de lluvia casi se derramaba el agua y escurrían de las paredes filtraciones de agua. Ese era el Xalapa de antaño, comenta finalmente la señora Elenita Cerdán Montufar +++ Y por hoy es todo.
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