Si está comparando sus números con los muertos que hubo en la Guerra de Corea entonces sí, la cifra ha disminuido sustancialmente. Pero de otra manera, que no nos quiera ver la cara.
La plataforma Proyecto de Datos sobre Ubicación de Conflictos Armados (ACLED por sus siglas en inglés), acaba de dar a conocer que México es el país número uno del mundo con el mayor número de ataques contra la población civil.
¿Cuáles son esos ataques? Las desapariciones forzadas, los ataques armados, los secuestros y las agresiones sexuales.
Del 18 de marzo del 2021 al 18 de marzo del 2022 la ACLED contabilizó 5 mil 648 agresiones de este tipo en nuestro país, cifra superior a las registradas en naciones con conflictos internos como Myanmar que registró 2 mil 194 ataques; Siria 1, 739; Afganistán 820; Yemen 468 y Ucrania que recibió 150 ataques a civiles.
La plataforma señala que en ese mismo lapso de tiempo hubo en México 8 mil 54 fallecidos asociados a eventos violentos (independientemente de los ataques a civiles) como choques armados, explosiones, disturbios, protestas y aunque no las menciona, imagino que también incluye las masacres.
Pero de esto mejor ni preguntarle al presidente porque es capaz de contestar: “A ver, ¿dónde estaban esos de la ACLED cuando las tropas porfiristas diezmaban a la población civil?”.
Y es que ya perdió la noción (si alguna vez la tuvo) de lo que es gobernar.
El 15 de febrero del 2017 y a propósito de una masacre ocurrida días antes en Tepic, López Obrador se comprometió: “Cuando triunfe Morena en el 2018 no habrá masacres en México, se va a terminar con la guerra”.
¿Y?
El 7 de marzo las ONG dieron a conocer que en el primer bimestre de este año se contabilizaron 122 asesinatos de mujeres con crueldad extrema, 221 casos de tortura y… 88 masacres. Sí lector, 88 masacres en el lapso de 60 días.
El gobierno sigue mintiendo con descaro porque los homicidios dolosos no han bajado. La organización Causa en Común, dijo que se ha abusado del sub registro (con datos a la baja) de delitos de alto impacto, de ahí el mentiroso porcentaje del 26.4% que presumió Rosa Icela para regocijo del presidente.
México sigue hirviendo en violencia y las palabras del ex fiscal estadounidense Bill Barr, en el sentido de que López Obrador perdió el control del país frente a la delincuencia están resultando proféticas.
Y si perdió el control también perdió la vergüenza.
Evadido de la realidad, al presidente le gusta que le endulcen el oído con cifras como las que dio a conocer Rosa Icela, mientras en varios puntos de la República están literalmente en llamas.
Por amor a la patria (y no exagero), alguien de sus cercanos debería decirle que se ponga las pilas en el renglón de la seguridad porque de lo contrario, el país va a tronar. En serio lector, va a tronar.
bernardogup@hotmail.com
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