La Comisión Nacional de Justicia Partidaria del tricolor decidió sacar del partido a Quirino Ordaz luego de advertirle esta sanción si aceptaba el cargo. En la lista para formar parte del cuerpo diplomático de la 4T están otros ex gobernadores del PRI como Claudia Pavlovich, Alejandro Murat, Omar Fayad, estos dos últimos parecieran regalar a Morena la gubernatura el próximo 5 de junio, cuando este partido gane las elecciones.
Mientras esto sucede, las deserciones en las filas del tricolor aumentan cada día y se valora la afiliación de todos y cada uno de sus militantes, de tal suerte que Alejandro Moreno, líder nacional de ese partido, no puede seguir sancionando de esta manera la aceptación de cargos. Finalmente, los gobiernos de coalición, las alianzas entre partidos para gobernar, no es ninguna novedad ni es la primera vez que suceden en México ni en el mundo.
Podemos recordar que en el propio gabinete hubo cuñas que sorprendieron en su momento, pero nunca hirieron las susceptibilidades de partido como el PAN, que le permitió sin hacer gestos, a Antonio Lozano gracia ser el procurador General de la República, es decir, era el abogado de la nación como se le decía en ese tiempo, durante el gobierno priista de Ernesto Zedillo. Desde luego era el anuncio de un cambio de partido pero no de régimen, porque sólo cambiaron los colores pero la estructura del gobierno siguió la misma inercia.
El PRI no debe ser tan estricto en momentos en lo que debe mantener la unidad en sus filas, porque una desbandada masiva no la resiste y si bien tuvo una estructura social muy sólida en todo el país, ahora ni siquiera su Comité Ejecutivo Nacional sabe la verdadera situación de sus debilidades.
La cúpula del tricolor tiene varios frentes en este momento, pero su verdadera preocupación es la disciplina que al interior de sus filas debe guardar, porque hay quienes coquetean con el partido en el poder, los que negocian con los legisladores de otros partidos, los que cambian de bando, etc. Incluso hubo quien creó una reforma eléctrica alternativa en nombre del PRI, que causó la indignación del PAN y del PRD, no sólo por la similitud con la presentada por Morena sino porque se dio a conocer sin consultar al resto de los partidos que conforman la alianza electoral con el tricolor, ni a la cúpula de su partido.
Marco Antonio Mendoza Bustamante, diputado federal del tricolor, presentó la propuesta de reforma eléctrica del PRI que mantiene prácticamente la iniciativa presidencial en sus términos de que la energía eléctrica sea considerada como derecho humano.
Uno de los legisladores consentidos de Alejandro Moreno fue reprendido por el líder y obligado a decir públicamente que el PRI presentará junto con el PAN y el PRD una respuesta a la reforma de Morena, lo cual puede crear una seria división no sólo en el tricolor sino en los otros dos partidos, muy carentes, ambos de militantes.
La reforma electoral propuesta por el diputado priísta pareciera un acercamiento a Morena, es decir, una especie de puente hacia sus filas, porque hay párrafos que no sólo coinciden sino que fortalecen y dan solidez a las propuestas del partido en el poder expuestas en el parlamento abierto que sobre el tema se llevó a cabo en días pasados.
Por ejemplo, el diputado del PRI señala en su reforma eléctrica: “El Estado garantizará la energía eléctrica como un derecho humano de las y los mexicanos y promoverá el abasto de la misma bajo los criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad”.
Sin duda la reforma electoral es uno de los mayores retos para Morena que al no contar con las dos terceras partes de los diputados necesita de los legisladores de otros partidos para sacarla adelante.
Sin embargo, los legisladores de Morena, el Presidente y la 4T tiene la madre de todas las batallas legislativas en la reforma electoral que pretende varias audacias que pueden transformar radicalmente la vida democrática de México.
Lo primero que se propone es que los 11 consejeros electorales, de cuyo número no se habla de reducir o acrecentar, sean electos directamente por los ciudadanos; que se reduzca el número de curules plurinominales, la reducción del presupuesto de la autoridad electoral a la mitad y una reducción considerable a las prerrogativas de los partidos políticos, lo cual pone en peligro la sobrevivencia de más de un organismo político.
La iniciativa en preparación no habla de un cambio de nombre del INE ni de aumentar el porcentaje mínimo de votantes para un partido pueda obtener su registro. Actualmente es el 3 por ciento de la votación emitida, debería subirse al 6 por ciento, porque estamos llenos de partidos que no representan a nadie y absorben presupuesto como si lo hicieran.
Los partidos deben pelear por el poder y con un número raquítico de votos, que sólo llegan al 3 por ciento nunca lo obtendrán, pero se montan en otros organismos políticos que sólo diluyen las ideas y las propuestas que deben ser un referente de los electores, porque de la definición, nacen las coincidencias y las preferencias.
Combinar el partido con el candidato reafirma y precisa la decisión que muchas veces no se concreta por ser incongruente uno con el otro y esto impulsa el abstencionismo.
Los partidos políticos deben transformarse porque son la vanguardia de la sociedad; sin embargo, vemos que parecen estar a la zaga de una población que es punta de lanza de los cambios.
PEAG Y CORRE.- La inseguridad se expresa con un conflicto adicional en Zacatecas, ahora los policías estatales mantienen un paro total e indefinido de actividades, luego de que siete elementos de la corporación fueran despedidos como represalia por encabezar manifestaciones para pedir al gobierno mejores condiciones laborales. Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.