Marlon, óiganlo bien sus malquerientes, terminará el periodo para el que fue electo; Marlon, entiéndalo sus bienquerientes, no irá más allá del año próximo en la dirigencia y no intentará reelegirse.
Eso quiere decir que están muy adelantados los que ya están yendo a ver las oficinas del partido para ver cuál les quedará mejor, y por otra parte muy confiados quienes piensan que mayo fuese eterno y nunca tendrán que entregar el puesto y el sueldo.
Peeeero, lo que sí ya está ocurriendo es que empiezan los encartes para la sucesión, y se empiezan a barajar nombres de los posibles sucesores o sucesoras para la silla del Comité Directivo Estatal.
¿Nombres? Pepe y Héctor Yunes, alguno de los hermanos Vázquez Parissi, Anilú Íngram Vallines, Adolfo Ramírez Arana, Carlos Aceves, Acela Medina Servín.
Dejo para el final y aparte el nombre de la diputada Lorena Piñón Rivera, porque tiene fortalezas que la hacen acercarse a la dirigencia estatal del Revolucionario para el próximo año.
Lorena es, si me permiten los militantes acendrados, a su partido en Veracruz lo que Sergio Gutiérrez Luna está siendo para los morenistas jarochos: hace lo que otros no, se mueve en terrenos en que nadie hace presencia, organiza eventos de gran calado, escucha a grupos, participa en reuniones, apoya y organiza… además, dialoga e interactúa sin ningún empacho con alcaldes de la oposición, como Ricardo Ahued y Amado Cruz Malpica.
Tiene además una fuerte presencia en el Comité Ejecutivo Nacional, en donde es escuchada y tomada en cuenta.
Va a ser la sanrafaeleña una excelente lideresa estatal, y cuando termine su periodo, como Marlon, saldrá por la puerta grande y con la cabeza en alto, e modo que a nadie se le ocurrirá en el futuro quitar su foto del Salón de Presidentes.
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