¿Cómo así?.
Pues la mejor muestra fue el aplauso que el presidente Andrés Manuel López Obrador le brindó en la conferencia mañanera a los 275 diputados de Morena y de sus partidos aliados que votaron a favor de la reforma eléctrica, porque “aguantaron de todo”.
Y Sergio Gutiérrez de inmediato agradeció el gesto.
Pero también salió muy bien librado de la tormenta de vientos encontrados que se desató en la Cámara de Diputados, con la discusión sobre la propuesta de modificación constitucional, donde los ánimos amenazaron con desbordarse muchas veces y Gutiérrez Luna los contuvo, mantuvo y hasta disminuyó.
El diputado minatitleco ya tenía un triunfo en el bolsillo desde antes, porque el presidente López Obrador ya le había reconocido el trabajo que realizó para promover la reforma eléctrica y para buscar convencer a diputados de oposición de que votaran por la misma.
en un ambiente caldeado.
Gutiérrez Luna fue uno de los defensores más fervientes de la propuesta; incluso después de que se dio la votación, mostró que su voto había sido a favor de la reforma eléctrica y anunció el “Plan B” para la defensa del litio, con la propuesta de modificación a la Ley Minera que se recibió desde el mismo domingo por la noche en la Cámara de Diputados.
Por eso es que aún cuando la reforma eléctrica no pasó, Sergio Gutiérrez Luna es ganador, porque fue de quienes más trabajo realizó para difundir la propuesta del presidente e incluso quien más tiempo le dedicó al cabildeo con diputados de la oposición buscando convencerlos de que votasen por la reforma eléctrica.
Sergio Gutiérrez fue si no el mayor, si uno de los principales impulsores del llamado Parlamento Abierto en el que se discutieron las posturas de múltiples actores políticos, empresariales y de grupos, interesados en la reforma eléctrica.
El minatitleco también desarrolló una incansable labor de difusión con viajes constantes a Veracruz y a otros puntos del país, presentando la propuesta, respondiendo preguntas, escuchando ideas.
Por eso es que el primer mandatario lo tiene en alta estima, la cual ha demostrado ya en varias ocasiones en los eventos públicos, ubicándose cerca del diputado, mientras que mantiene distancia de otros actores políticos.
Tan sólo eso hace que Sergio Gutiérrez Luna ya tenga un triunfo, además de que por su actividad, dinamismo, capacidad, creatividad y persistencia lo llevará a que el presidente López Obrador le haga nuevos encargos.
El segundo triunfo que logró éste domingo Sergio Gutiérrez fue su papel como presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, porque evitó que los ánimos se caldeasen, que se desbordaran, que se diera algún altercado.
Y había diputados dispuestos al encontronazo, por ambos bandos, que mostraban sus ánimos rijosos sin ningún pudor, más bien hasta exhibiéndolos como en busca de a ver quien les respondía, como esos gallitos de pelea que se muestran buscando combate… o como bravucón de barrio, con pose de “conmigo nadie puede”.
Muchas veces fueron las que tuvo que llamar al orden, incluso a miembros de su bancada, algunos de los cuales hasta le reclamaron.
Les pidió a los diputados que guardaran distancia, que no hubiese aproximaciones que provocaran roces físicos, que se mantuvieran en sus curules, que aguardasen a que los oradores en turno terminasen su intervención para ocupar la tribuna en apoyo a otro diputado.
Que no interrumpieran al orador, que guardasen compostura.
Y hubo palabras altisonantes, momentos álgidos, ríspidos.
Ese fue otro triunfo, porque fue el momento culminante de su forma de llevar las asambleas de la Cámara de Diputados, centrado, ponderando el respeto y la participación de todos.
Si hubiese carecido de ese peso político real, se le hubiera desbordado la asamblea en cualquier momento.
Por eso, es que a pesar del resultado de la votación de la reforma eléctrica, el domingo fue un día de triunfos para Sergio Gutiérrez.
Y por eso puede seguir en la construcción de futuro rumbo al 2024, porque al contrario al deseo de sus malquerientes, de que se descarrile, sigue bien encarrilado en su intención de convertirse en el místico mayor del estado.
LA BAJA POPULARIDAD DE RICARDO AHUED
Al parecer, el ser nuevamente presidente municipal no le incrementó la popularidad a Ricardo Ahued, si no que, todo lo contrario, le bajó sustancialmente.
Ganó por amplio margen, pero la votación que recibió no rebasó el 30% del total del electorado de Xalapa.
Ahora, en su primera medición como presidente municipal, realizada por la agencia Mitofsky, no le va bien, pues tan sólo lo que corresponde a los presidentes municipales de las capitales de los estados, se ubica en el sexto peor lugar, con apenas un 33.7% de aceptación.
Está muy, pero muy lejos del primer puesto, Luis Donaldo Colosio Riojas, el alcalde de Monterrey, Nuevo León, el cual tiene 62.7% de aceptación.
En el cuadro de los 100 alcaldes se ubica entre los que tienen calificación baja, en el lugar 86. Nada honroso.
¿Qué es lo que pasó con la popularidad de Ricardo Ahued?.
Tal vez los buenos recuerdos entre los xalapeños se han diluido o simplemente fueron ilusión siempre.
Otra posibilidad es que le estén cargando todos los negativos por el más que nefasto gobierno que tuvo Hipólito Rodríguez, también emanado de Morena.
¿Será que el alcalde de Xalapa está perdiendo su toque de carisma y de glamour popular?.
O simplemente está pasando a ser un místico ya no bien visto por el populo. |