Pero lo cierto, sea el caso, es que el presidente López Obrador habrá de pasar a la historia por ser el único mandatario mexicano que logró un cambio de paradigma en la manera de hacer políticas públicas de carácter social.
Su universalizada propuesta de otorgar pensión a adultos mayores impuesta durante su gestión como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, provocó que los Gobiernos Panistas y Priistas, implementarán la medida, en su afán de no perder seguidores desde el punto de vista electoral.
Pocos comprendieron que el verdadero trasfondo en su implementación era congraciarse con un segmento poblacional a quien el Estado Mexicano no había reconocido a pesar de que a lo largo de sus vidas, todas y todos los ciudadanos contribuyeron de una u otra manera al engrandecimiento del país, con el simple hecho de pagar sus impuestos.
Así por primera vez, una verdadera demanda social era atendida, los efectos de dicha medida son hoy por hoy, el baluarte social del Gobierno Transformador, a pesar de los serios señalamientos de enriquecimiento ilícito que funcionarios y familiares del hoy presidente han venido practicando.
Por lo pronto, el Congreso de Veracruz y Federal vía sus legisladores, han comenzado abordar el tema de la Universalización de los Servicios de Seguridad Social, intentando proponer foros de consulta ciudadana, que ya sabemos no sirven para nada, pero con los cuales democratizan –según ellos- toda acción a aprobar.
Una de las impulsoras de la iniciativa ha sido la ex síndica de Xalapa, Angélica Ivonne Cisneros Luján –la misma que proponía la desaparición del Seguro Popular para dar paso al INSABI- la cual carga aun en los hombros con una deuda social importante, pues el proyecto universalizador de los servicios de salud ha sido todo un fracaso.
Al menos la intención de legisladoras locales como Perla Romero o la misma Presidente de la Mesa Directiva, Cecilia Guevara, quienes han festejado y dedicado una semana al tema en la Sexagésima Sexta Legislatura.
Pero a pesar de los pesares el proponer al menos un nuevo paradigma de cómo garantizar una pensión a todos los mexicanos por Ley, suena interesante, siempre y cuando, no se pretenda estatizar la medida y emplearla con ello, como antorcha política electoral en próximos procesos electorales.
El tema de fondo estará de donde habrá de salir el dinero para garantizar la medida, pues aun cuando hasta ahora las Finanzas Nacionales se mantienen estables, cualquier posible movimiento brusco en el plano internacional podría desatar una nueva crisis de proporciones no vistas desde hace cerca de 25 años con el efecto Tequila de 1994.
Al tiempo.
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