Los periodistas no encajamos en los planes macroeconómicos ni microeconómicos.
Alguna vez -en la historia reciente del país- se generó el mito del periodismo como un cuarto poder…
Finalmente, en la praxis existió un respeto surgido de una necesidad obvia en un Estado moderno y en cierne…
Huérfano democrático, el Estado controlado por una oligarquía postrevolucionaria autora del PRI como mascarada partidista generó también el control de los medios de comunicación…
Pero el rostro de los periodistas ante el ciudadano común contó con un halo de credibilidad al tiempo de satisfacer una necesidad inherente a la sociedad industrializada o en proceso de industrializarse: la información masiva, la opinión que el escucha no distinguía entre manipulada o certera, el dato, el contacto con el mundo regional, estatal, nacional o internacional…
Mientras el PRI gobernó el PRI lo controló todo…
Desde el manejo informativo hasta la línea editorial, desde la concesión para radiodifusoras y canales televisivos hasta el papel para imprimir periódicos; desde la más pequeña campaña municipal hasta la cabeza de ocho columnas en los periódicos más influyentes…
Y cuando alguien se quiso salir del “sistema” ahí estaba el ejemplo del golpe a Excélsior o los asesinatos de periodistas para frenas dudas sobre quién mandaba…
Asesinatos de Estado y asesinatos esporádicos ¡Gracias a Dios!
El periodismo mexicano se regía por aquella regla no escrita ni reconocida oficialmente jamás, pero vigente a través de ejemplos reales durante la segunda mitad del siglo XX: en México se puede criticar con excepción dell presidente de la República, al ejército y a la Virgen de Guadalupe.
La democratización del país a partir de 1988 trajo consigo un cambio de reglas en el andamiaje del poder.
Inició una apertura a la crítica sin límites salvo los marcados por la ética, la rigurosidad informativa, la certeza del dato, la metodología de la ciencia social trasladada a la investigación rigurosa del periodista estricto y profesional.
E íbamos bien hasta que “parió la abuela” y llegamos las redes sociales…
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En lo económico la evolución del periodismo ha vivido un ajuste atroz, pérfido, indigno…
Todo, en apenas treinta años…
Las mismas tres décadas de edad de nuestra democracia…
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Las reporteras Yesenia Mollinedo Falconi y Johana García eran las únicas empleadas de “El Veraz”, un periódico digital sin acceso a web, pues su economía sólo dio para una fanpage…
¿Sabe eso la ONU?
¿Entiende eso el embajador Ken Salazar?
¿Cómo comparar el periodismo vía empleos formales donde se paga en dólares, por hora, con el periodismo donde un grupo de reporteros corretea -literal- a un diputado o alcalde para recibir -a veces sí, a veces no- 200 pesos per cápita?
¿Cómo comparar el periodismo independiente donde un reportaje de fondo puede representar para el autor el pago de muchos miles de dólares por parte de medios que estén interesados en su publicación, frente a un contexto donde el reportero trabaja amenazado por los náufragos del barco que será hundido por su pluma?
Vuelvo a la escena cotidiana de los reporteros correteando al político y para que me entiendan la ONU y el embajador les explico: si el reportero obtiene ese “apoyo” se habrá embolsado la “friolera” de cinco dólares para comer ese día y mañana Dios dirá…
Somos miles quienes ejercemos el periodismo y vivimos bajo estas condiciones sociopolíticas, socioeconómicas en el México del siglo XXI.
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La pandemia tiene parte de culpa, cierto -inche pandemia, inche pandemia, inche pandemia-…
Otra causa es la internet -inche internet, inche internet, inche internet-…
Porque se han cerrado medios impresos o se han reducido las plazas de trabajo formal en los pocos medios que han sobrevivido a la era digital…
La saturación de la oferta informativa también tiene su parte de responsabilidad -que no se haga tonta-…
Ocurre, a mis 54 de edad -chavo ruco, me dicen- que voy a un evento donde están casi todos los reporteros de Coatzacoalcos, o Minatitlán o Cosoleacaque o Acayucan -en el sur- y no reconozco a muchos…
Pregunto a los viejos camaradas y éstos se dividen entre quienes responden: “Yo tampoco” y quienes, condescendientes explican:
- Hay tres que se sumaron ayer, aquel de allá es egresado de una facultad de comunicación…y se suman más semana con semana, mes con mes y a veces día con día…
- Ah…
- ¿Cuántas escuelas de comunicación y periodismo hay?
- Cuéntale: en Acayucan dos, en Coatzacoalcos como cinco, en Minatitlán dos -creo-…
Pero hay escuelas de derecho -montón-, de trabajo social, de ingeniería, escuelas normalistas, de sociología, pedagogía, antropología, de historia, administración, contabilidad, bachilleratos de tres meses, secundarias de tres meses, primarias de una semana…
Hay talentos hasta para aventar pa´ arriba…
Hay jóvenes construyendo el futuro por cientos, miles y hay despachos de abogados, medios de comunicación formales -impresos y audiovisuales- saturados de becarios a quienes las empresas no les pagan nada y “les dan trabajo” durante un año gracias al programa federal…
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Y zas, habemus periodistas…
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Todo lo anterior es una maravilla, el problema es que no hay empleo, no hay sueldo formal, no hay seguro social, no hay seguridad, no hay elementos sólidos de identidad gremial, no hay conocimiento de fondo sobre la teoría y el significado pleno de…
¡Qué es un Periodista y en qué consiste hacer Periodismo!
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A diferencia de la ONU y el embajador, en México el presidente Andrés Manuel López Obrador y el sector empresarial pleno y el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y la clase política en su totalidad sí, si, si conocen todo lo descrito…
Los políticos tienen sus ideas sobre cómo solucionar el problema, que ciertamente no nació durante su sexenio aunque durante los últimos tres años se ha profundizado…
Ellos apuestan a programas oficiales, a políticas de Estado y están bien convencidos de ser dueños de la razón…faltaba más.
Para lograr el objetivo de sacar adelante al país -incluyendo a los periodistas- existe la austeridad republicana, se deja sin presupuesto a programas culturales, educativos y de salud pública y se cierra la llave a contratos publicitarios salvo para unos cuantos medios -empresas- y periodistas en particular cuya “libertad de expresión” -cosas de la casualidad- coincide con los “ideales” del grupo de poder en turno a nivel municipal, distrital, estatal y/o federal…
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En el esquema estructural macro y microeconómico las inversiones generan empleos y -en consecuencia- de los empleos formales surgen cadenas productivas…
Las inversiones son públicas y privadas…
El gobierno tiene la obligación de ser eficiente y transparente en sus inversiones con un pensamiento de Estado a largo plazo pero también a corto…
El sector privado tiene la obligación ética de combinar la acumulación de riqueza -ganancia vía sus negocios- con la inversión permanente apegada a un sentido humanista, de justicia, de respeto a los derechos humanos…
Al cumplimiento de la ley y del sentido común para entender que mil empleos -en un lugar de por lo menos mil habitantes- en automático saca de la calle a un porcentaje significativo de potenciales delincuentes…
Porque ocupa a la población en labores formales y eficientes para construir una vida socioeconómica digna, y esto incluye el trabajo de los periodistas, comunicadores, reporteros, editores, camarógrafos…
Ahora bien, ni el gobierno ni las empresas invierten lo suficiente y cuando invierten no lo hacen no se apegan a las normas referidas…
Al no existir las condiciones para ambas inversiones, la pública y privada…
O al disminuir esas inversiones simplemente porque el gobierno establece programas ineficientes…
O debido a que los empresarios son mezquinos y quieren que todo se los dé el gobierno… O porque no hay seguridad…
O porque no hay infraestructura suficiente como buenas carreteras, conectividad, materia prima accesible, apertura comercial, impuestos bajos…
O por la corrupción -inche corrupción-…
Al no haber inversión a todos los lleva “la tía de las muchachas…
Pero a los periodistas, que ya vivíamos donde “la tía de las muchachas”, simplemente la falta de inversión nos envía al limbo…
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Y henos aquí -a los representantes de los medios de comunicación- atendidos por la ONU, por la embajada norteamericana, por el presidente y hasta por el gobernador…
Es cierto, todos ellos se preocupan por este hermoso gremio…
Pero, a pesar de tal preocupación estatal, nacional e internacional, los periodistas -tercos que somos- aquí seguimos…desempleados, correteando 200 pesos, desprestigiados, muertos de hambre, hijos del cochupo, chayoteros…
Hospitalizados y cooperando para sacar al compañero del hospital civil y comprarle sus medicamentos, armando la coperacha en la calle con botes bien atendidos por taxistas tan o más jodidos pero bien solidarios…
Comprando la veladora para acompañar el mensaje de protesta e intentando darle dignidad por lo menos a la despedida del compañero de oficio…
¡Carajo, pues qué les hicimos que están tan enojados con nosotros!
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A veces, cada vez más a menudo en Veracruz y en México los periodistas estamos muertos…
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En lo personal yo quiero que me atiendan, me gusta…
En lo personal, yo quiero que se ocupen de mí y que me dejen atenderlos y ocuparme de ellos…
Quiero hacer periodismo sobre la ONU, sobre todas las embajadas del primer mundo y las del mundo subdesarrollado y las del submundo…
¡Oh my God! ¡The democracy it`s beautiful!
Deseo hacer periodismo sobre el presidente y el gobernador y los diputados y los alcaldes y los regidores y los dirigentes de partidos y los intelectuales y las escuelas y los alumnos y los curas y los artistas y, y, y, y…
Nomás que soy bien exigente -inche exigencia-…
Soy un periodista jodido pero me gusta el lujo…
Ocurre que quiero ser atendido pero mientras estoy vivo…
Ya muerto ¿Cómo podría hacer periodismo?
¿De qué me van a servir un twitter de solidaridad en inglés o en español en ONU, o una esquela poética cuando me vayan a enterrar?
Si las flores de las coronas se marchitarán igual que mi cuerpo…
Si mi nombre será olvidado lo mismo que las canciones interpretadas por el mariachi patrocinado -oh gesto de nobleza- por algún político que a pesar de todo me apreciaba…
Pero no, soy sincero, yo nomás quiero algún cachito de estructura de Estado para hacer periodismo y para ello requiero estrictamente vivir y ya de paso pues comer, beber, vestir, calzar y si me alcanza -insaciable el chamaco- ir al cine a ver el estreno de Batman…
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En fin, saludos a todos los políticos y a los empresarios y a los embajadores y a la ONU y a los periódicos de Europa y a mis amigos y colegas…
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Tan tan
Y como escribió Carlos Fuentes*: “Qué le vamos a hacer. Aquí nos tocó vivir ”.
*Novela. La región más transparente |