Me anuncié con la secretaria del titular y amablemente la doctora me explicó que si, que esperara a que el señor despachara a los que habían llegado antes y con todo gusto me atendería. Eran como veinte personas que por distintos asuntos querían hablar con el jefe de las finanzas estatales, por eso estaban ahí desde temprano, y algunas llevaban días esperando turno, y ni modo así es esto de la tramitología burocrática de Sefiplan.
Habría pasado una media hora cuando entre los presentes se escabulló un paisa con un folder bajo el brazo y se dirigió rápido a la secre: señorita, dígale al jefe que le traigo su encargo, aquí esta su factura y las llaves, que no le quito ni un minuto solo quiero entregar en propia mano esto que le manda mi patrón.
La doctora levantó el teléfono, en voz baja le explicó al jefe que ahí estaba un enviado de la constructora X y que se va asomando el mismísimo jefe levantando la mano para saludar a todos y buscando al portador del misterioso folder a quien llamó y lo metió a su privado. Cuestión de un par de minutos y salió el enviado ya sin el folder y detrás de él nuevamente el jefe: oye mejor déjalo ahí en la agencia yo voy en un momento por él.
La respuesta fue: si señor como usted mande, es más ahí lo espero hasta que llegue.
La audiencia se aceleró, unos salían sonrientes otros no, yo salí casi al último con una sonrisa de oreja a oreja, me despedí de la secretaria, le di los gracias por sus atenciones que culminaron en una transferencia y caminé hacia el estacionamiento.
Vi como el jefe salió a bordo de la camioneta oficial que tenía asignada y lo seguí. Se detuvo ahí cerquita, en la agencia Chevrolet que se encuentra en la avenida Xalapa frente al panteón xalapeño. ¡Pa la madre!, pensé cuando vi el Ferrari rojo que le estaban entregando, obviamente me detuve para aventarme completo el espectáculo.
Con una cara de satisfacción incomparable salió el jefe de las finanzas estatales conduciendo su Ferrari y detrás de él su chofer en la camioneta oficial.
Esto que les cuento fue en el último año del gobierno de Fidel Herrera Beltrán y quien recibió el regalito, de parte de un constructor agradecido fue Carlos Aguirre Morales, el Tesorero que se hizo millonario desde ese encargo, digo, a propósito de Ferraris.
Adán Augusto, el bueno
Desde el primer día en que se anunció la llegada del gobernador de Tabasco Adán Augusto López Hernández, a la Secretaría de Gobernación en sustitución de doña Olga Sánchez Cordero, al dar la noticia el periodista Joaquín López Dóriga aderezó la nota con un comentario personal: este, Adán Augusto-dijo el comunicador- es el sucesor de López Obrador, por eso lo trae a Gobernación para que de una vez lo vaya ayudando en la tarea de dar gobernabilidad al país, además para que vaya preparando el terreno.
Resulta que este señor es el mejor amigo de AMLO, crecieron juntos y han caminado juntos, fue el primer gobernador que ganó la elección con el apoyo de Morena y es al único que AMLO le confía todo. Los demás, las llamadas corcholatas son elementos de distracción del juego electoral al que está acostumbrado López Obrador y al que nos tiene tan acostumbrados, pero ni Claudia, ni Marcelo, menos el Senador Ricardo Monreal, cumplen con el perfil que El Peje quiere o exige para apoyar a alguien que le siga permitiendo intervenir en las decisiones más importantes para el país como si lo hará Adán Augusto.
El personaje que destapó como candidato de Morena a la presidencia, el diputado federal veracruzano Sergio Gutiérrez Luna, es otro profesional de la política; hiperactivo, con mucha experiencia en estas lides, culto, dueño de un proyecto político para Veracruz el cual incluye detonar la economía con la llegada de empresas, la reconstrucción y ampliación de la estructura carretera que hoy está en el abandono, apoyo al campo para alentar la producción, apoyo a todo lo que tenga que ver con el impulso a la ciencia y el arte, creación de polos estratégicos para alentar el turismo y un sinfín de asuntos en beneficio de los veracruzanos.
Volviendo al candidato presidencial que destapó el diputado Gutiérrez Luna, hay que apuntar que el primer dato que destaca en su biografía es su estado de nacimiento: como el presidente Andrés Manuel López Obrador, vio la primera luz en Tabasco, en el municipio de Paraíso, en 1963; el 1 de enero de 2019 después de que ganó las elecciones de 2018 como el primer candidato postulado por Morena, el partido fundado por el jefe del Ejecutivo en 2014. El cargo lo debía concluir el 30 de septiembre de 2024, pero su amigo lo requirió y va que chuta para la candidatura presidencial.
Con estos hechos los políticos locales se ponen nerviosos dado que su candidata es la zacatecana Rocío Nahle, lo bueno es que en Veracruz hay material de donde elegir para suplir a la de Zacatecas con cuadros locales. Tenemos por ejemplo a Sergio Gutiérrez Luna, a quien por cierto los nahalistas lo alucinan, lo han combatido con las herramientas que ellos saben manejar aunque sean muy pedestres. A cambio los “simpatizantes de Rocío” se han ganado a pulso la animadversión de Gutiérrez Luna y la del resto de los precandidatos que estarán jugando por la oposición, por lo tanto un espacio en Pachuca lo tienen asegurado.
Bien dice el sabio refrán popular: no hay mal que dure más de seis años, ni veracruzano que lo aguante.
REFLEXIÓN
Tras más de cuatro horas concluyó la reunión entre la dirigencia nacional y un grupo de expresidentes del PRI. No llegaron a acuerdos concretos. Al salir de la sede nacional del Tricolor, la expresidenta del partido Dulce María Sauri Riancho, informó que se planteó en la mesa la necesidad de renovación del Comité Ejecutivo Nacional, pero el presidente Alejandro Moreno Cárdenas rechazó la posibilidad de renunciar al cargo. A veinte uñas se agarra Alito. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |
