Acuciosos analistas políticos consideraron un error de la mandataria capitalina haber acudido a dicho evento en el que “jugaba como local” el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, otra “corcholata” que aspira a suceder a su paisano López Obrador dentro de dos años y cuyos simpatizantes de su terruño natal tapizaron de propaganda todo el trayecto hacia la refinería. Sheinbaum tuvo que digerir solita los aplausos y porras al gobernador de Tabasco con licencia, pues ni el canciller Marcelo Ebrard ni el líder del Senado, Ricardo Monreal, asistieron a Dos Bocas; uno porque se recuperaba del Covid y el otro porque no lo invitaron.
Pero, además, ese mismo viernes, a su regreso del sureste mexicano, la Jefa de Gobierno de CDMX dio a conocer una serie de ajustes y nombramientos en su equipo de trabajo, algunos de los cuales dejaron muy mal sabor de boca y motivaron fuertes críticas. Uno de ellos fue el de Rigoberto Salgado Vázquez, quien pasó de la Coordinación General de Participación Ciudadana a encargado de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social en sustitución de Carlos Ulloa Pérez, el cual asumió la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) en relevo de Rafael Gregorio Gómez, separado del cargo por denuncias de abuso sexual. A Salgado Vázquez le cuestionan que como delegado de Tláhuac fue el protector y amigo del criminal apodado “El Ojos”, líder del Cártel de Tláhuac abatido en 2017.
El otro caso es el de Amador Rodríguez Lozano, un ex priista de larga y truculenta trayectoria al que le creó la Coordinación General de Relaciones Interinstitucionales.
El semanario Zeta, de Tijuana, criticó a Sheinbaum por haber “rescatado” a Rodríguez Lozano “tras el desastroso gobierno y operación política que tuvo la administración de Jaime Bonilla Valdez”, quien intentó ampliar de 2 a 5 años su gubernatura en Baja California Norte.
Además de recordarle que como diputado federal y senador del PRI fue “uno de los principales opositores del avance de la izquierda en México”, la publicación consigna que como secretario de Gobierno, Rodríguez Lozano fue acusado públicamente por violencia de género y es actualmente investigado por la Fiscalía General del Estado por su presunta responsabilidad en el contrato signado durante su gestión con la empresa Next Energy, que pretendía la construcción de una planta fotovoltaica en el valle de Mexicali, considerado un desfalco que casi le cuesta 12 mil millones de pesos al Estado.
También fue implicado en el caso de “los moches”, al inicio de la administración bonillista, donde se cobraron sobornos de más de 20 millones de pesos a cambio de contratos públicos en la operación de los Centros de Reinserción Social del Estado.
Y, de colofón, refieren que gran parte de las reformas impulsadas por Rodríguez Lozano, como los impuestos a los combustibles, la disolución del Consejo de la Judicatura, entre otras muchas más, recibieron reversa por parte de autoridades jurisdiccionales federales.
¿Será por eso que el gobernador Cuitláhuac García, quien parecía ser un aliado incondicional de Sheinbaum, ahora acaba de declarar que hasta 2023 dirá a qué aspirante presidencial de Morena apoyará?
El pasado jueves, por ejemplo, subió a Twitter lo que llamó una “¡Fotazaaa!”, en la que aparece en medio de Adán Augusto y de Sheinbaum.
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