Antes, y esto hay que reiterarlo una y otra vez, el dinero del pueblo se utilizaba para el beneficio de unos cuantos. Algunos políticos, como el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, se han servido con la cuchara grande. O ¿cómo se explica que con el salario de diputado, senador y gobernador se pudo comprar una propiedad como la que se mostró en Lomas del Castillo, Campeche?
¡Imagínese!, una casa de lujo montada en 17 terrenos en donde hasta las mascotas pueden disfrutar de aire acondicionado. La lista que se dio a conocer de sus propiedades y excentricidades en su forma de vida es una bofetada para el pueblo al que dice servir y del que más bien se ha servido. Sí, hay que decirlo con todas sus letras, porque el dinero que ha recibido como diputado, senador y gobernador, es del pueblo.
Resulta incoherente, que esa clase política que nos gobernó durante tantos años, haya vivido del dinero de la gente y desprecien tanto a la gente, porque en todas las épocas hemos conocido a mandatarios estatales, presidentes municipales, senadores, diputados locales y federales que se han dado vida de reyes a costa del erario público. De Javier Duarte, se sabe, por ejemplo, de las cuentas millonarias que pagaba en cenas o excentricidades para complacer a su entonces esposa Karime Macías Tubilla.
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Pero eso se acabó y aunque, como lo hemos señalado aquí, el monstruo de mil cabezas de la corrupción se sigue retorciendo y quiere dar manotazos, el pueblo sabio ya lo tiene bien medido y no permitirá que se levante para seguir dañando al país. Por ello, la nueva política impulsada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador busca regresarle al pueblo su autoridad como auténtico administrador de sus propios recursos.
Antes, así lo dijo este domingo en Villa Corzo, Chiapas, al inaugurar otra sucursal del Banco del Bienestar, “el gobierno no representaba a todos, era un comité al servicio de los de arriba, de una minoría rapaz y al pueblo lo tenían en el abandono. Sólo cuando había elecciones es que se acordaban del pueblo y entregaban despensas, migajas, frijol con gorgojo, para obtener los votos y seguir en el gobierno y seguir robando. Eso es lo que ya se terminó. Cero corrupción, cero impunidad. Y el dinero del presupuesto se le entrega al pueblo”.
Más claro, ni el agua. Esa es la gran diferencia de los gobiernos de la Cuarta Transformación con los del pasado inmediato. La idea de estos bancos, cuyas sucursales se encuentran diseminadas por todo el país, es que los recursos lleguen de manera directa, sin intermediarios, sin moches, como se acostumbraba en otras épocas. Este dinero ya no pasará ni por manos de políticos ni por manos de las llamadas “organizaciones de la sociedad civil” que se volvieron intermediarias para lucrar con el dinero del pueblo.
“Por eso ahora todo es directo y por eso se están construyendo estas sucursales del Banco del Bienestar, para que el que reciba un apoyo, el adulto mayor, la persona con discapacidad, el productor del campo, el becario, el que está en Jóvenes Construyendo el Futuro, el que esté en Sembrando Vida, venga aquí y saque su dinero, lo que por derecho le corresponde, sin necesidad de ningún intermediario, de ninguna organización”, refrendó el Presidente de México.
El mensaje es muy claro: si el dinero es del pueblo que al pueblo le llegue de manera directa. En esto no hay vuelta de hoja. Y por cierto, sobre las sucursales que existen en Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez escribió en sus redes sociales:
“Nos llena de orgullo que Veracruz sea el estado donde más sucursales del Banco del Bienestar se están poniendo en funcionamiento en estos días. Una de estas sedes es en la localidad de Nopaltepec del municipio de Cosamaloapan en la Cuenca del Papaloapan; el Presidente de la República está cumpliendo su palabra de acercar los servicios financieros a lugares históricamente olvidados, expresó.
Así que con los Bancos del Bienestar el dinero llegará de manera directa al pueblo bueno y sabio de nuestro país.
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