Desde que visitó por vez primera Xalapa como presidente del Congreso Federal, Gutiérrez Luna provocó urticaria entre los llamados Morenos Puros. Cuitláhuac García dijo que no lo conocía, pese a que el 5 de octubre anterior coincidieron en un evento que encabezó el presidente López Obrador en Veracruz, con motivo de los 200 años de la Armada de México.
Pero a quien indigesta el minatitleco es a Eric Cisneros, que en más de una ocasión lo ha descalificado de muy fea manera incluso con epítetos groseros.
Sergio lo sabe y no se inmuta. “No soy de coaccionar o presionar porque eso no funciona. El amor a la fuerza no funciona, nadie puede tener una novia a fuerza amarrada al pie de la cama porque a la primera se va a ir. Nosotros vamos a seguir en esa ruta de trabajo, de no confrontación. A mí no me interesan los pleitos, son estériles y no abonan; ustedes han visto que esa ha sido mi constante”.
Y en efecto lector, a pesar de que algunos colegas quisieron amarrar navajas con sus adversarios de Morena, Gutiérrez Luna jamás soltó una descalificación.
Cuando le preguntaron si no le preocupa que el partido vaya a imponer al candidato o candidata, dijo confiar absolutamente en Morena y en su líder Mario Delgado. Por ese lado “no hay ningún problema, creo que el partido va a tomar la mejor decisión”. Aunque para eso y como él mismo dijo falta un ratito.
“Todos sabemos que en política no hay nada escrito, hoy hay una realidad y mañana puede haber otra totalmente diferente. ¿Qué hay que hacer?, estar preparados, trabajar, no confrontarse, sumar, no restar, así entiendo la política, en una ruta de largo alcance” indicó.
Sergio es amigo de Mario Delgado que a su vez es amigo de Marcelo Ebrard. Por esa razón se pensó que Marcelo estaría en el corazón del minatitleco como su candidato a la presidencia de la República, pero no. Su candidato es el secretario de Gobernación Adán Augusto López y lo presume enseñando una pulsera que dice #AdánVa.
“Yo estoy con Adán, lo he dicho muchas veces y es muy claro”. Y agregó: “¿Qué tenemos que hacer las personas que tenemos una definición con alguien?, abonar a no descalificar, abonar a no generar una polarización interna innecesaria. Si a mí me gusta Adán, no tengo porque atacar, hostigar o ponerle zancadillas a quienes tengan otro candidato. Que gane el mejor”.
Sergio Gutiérrez tiene presente que la cuesta para alcanzar la candidatura al gobierno de Veracruz está muy pronunciada; sabe que no es del agrado de los cuatroteístas cercanos al gobernador que ya no hallan cómo restarle popularidad. Pero sabe además que el inquilino de Palacio Nacional (único que decidirá la candidatura), lo tiene en buen concepto, lo mismo que su entrañable amigo Adán Augusto, del que tiene su total apoyo.
En menos de un año Sergio ha recorrido más de 120 de los 212 municipios veracruzanos (algo que ni por equivocación ha hecho la candidata de Cuitláhuac) y su popularidad sigue en ascenso.
Hace unos meses un analista de la 4T me dijo: “A Sergio le durará el encanto lo que dure su periodo como presidente del Congreso”. Pero este domingo cuando le preguntaron qué va a hacer cuando deje la presidencia legislativa contestó: “Vamos a venir a caminar con más tiempo en Veracruz”.
Quizá por eso, después de la charla que sostuvo con el Grupo de los Diez, de Palacio de Gobierno salió la orden de echar a volar una encuesta donde Rocío Nahle va que vuela rumbo a la candidatura de Morena con un 34 por ciento de las preferencias electorales, y a Sergio lo mandan al penúltimo lugar con un 4.6 por ciento de aceptación.
Cuando vi la encuesta donde hasta Eric Cisneros resultó más popular que Sergio, lo primero que me dije fue: Ah caray, jamás pensé que el legislador minatitleco los trajera así de nerviosos, ansiosos y turbados.
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