¿Se imagina usted si la presidencia de la República la ganara Ricardo Monreal? El gobernador Cuitláhuac García no tendría en donde esconderse, pues si alguien lleva registro de los atropellos a la ley, de los saqueos y abusos de autoridad que ocurren en el gobierno de Veracruz, ese es el senador Ricardo Monreal. Vaya, ni Marcelo Ebrard le podría garantizar a Cuitláhuac García impunidad, pues durante todos estos años Cuitláhuac García se ha hecho famoso por sus dislates y su estulticia. Es por ello que el gobernador Cuitláhuac García le apuesta a Claudia Sheinbaum como su tapadera, como su “corcholata” salvadora; Sheinbaum es con la que sí podría hacer un pacto de impunidad que le permita no tocar la cárcel en el siguiente sexenio. El mal gobierno de Cuitlahuac García es palpable para todos los veracruzanos, es visible cada día que el señor utiliza a los poderes Legislativos y Judiciales para llevar a cabo sus venganzas personales. Lo que no sabe la señora Sheinbaum es que en Veracruz, una vez que se enteren que ella protegerá a Cuitláhuac García, muchos veracruzanos, incluyendo a militantes de Morena, le darán la espalda y votarán en su contra. Es más, si en la boleta electoral de 2024 aparece Ricardo Monreal como candidato a la presidencia, millones de Veracruzanos le darán su voto al zacatecano; más si Monreal nos hace la promesa de meter a la cárcel al infame gobernador de Veracruz.

¿Quién va para la SEP? Suenan tres mujeres, Raquel Sosa, Bertha Luján, Rosaura Ruiz Gutiérrez. El lunes en la mañanera se sabrá

Doña Delfina Gómez ya no está interesada en la Secretaría de Educación Pública; es más, muchos dicen que la señora nunca estuvo interesada. Para muchos el paso de #LadyMochesEnTexcoco fue un verdadero desastre. Algunos maestros hasta agradecen que la maestra Delfina mejor se fuera a buscar la gubernatura del Estado de México, así el daño que hiciera estaría limitado a una entidad. Sobre el relevo de la maestra Delfina el presidente López Obrador dijo que quien la sustituyera sería una mujer. Tres nombres suenan con fuerza para sustituir a Delfina Gómez: Raquel Sosa, Bertha Luján, Rosaura Ruiz Gutiérrez. Raquel Sosa es actualmente directora de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez; tiene como mérito haber sido compañera de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales del presidente López Obrador. Bertha Luján es presidenta del Consejo Nacional de Morena. Es una de las que sacó a Yeidckol Polevnsky de la dirigencia nacional de Morena. La otra que podría ser es Rosaura Ruiz Gutiérrez, encargada de la Secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (Sectei); una mujer muy cercana a Claudia Sheinbaum. Entre estas tres está quien podría sustituir a Delfina Gómez.

José Ramón López Beltrán vive su propia pobreza franciscana. Se exhibe en el Banyan Tree Acapulco; dice que las criticas contra él son por racismo

Mientras el presidente López Obrador pregona su política de pobreza franciscana, su hijo, el velado cabildero de Baker Hughes, se pasea por las playas de Acapulco. José Ramón López Beltrán se hospedó en el Banyan Tree Acapulco, cuya habitación más lujosa, de acuerdo con Expedia, puede llegar a costar hasta 22 mil pesos por noche. Uno de los visitantes descubrió al hijo de AMLO a su esposa y dos hijos y les tomó una foto para compartirla en redes sociales. Y es que en un país donde el presidente pregona que nos debemos conformar con un par de zapatos, para muchos resulta incongruente que el hijo del presidente se dé esa clase de lujos. Una vez que las fotos se hicieran públicas, José Ramón López Beltrán compartió las fotos con la siguiente leyenda: “Estuvimos en Acapulco. Fuimos a ver el atardecer en ese hotel con vista espectacular. Nos tomaron fotos una familia que al parecer no les gustó que estuviéramos ahí. Ojalá el clasismo y el racismo se acabé en México”. No señor López Beltrán, no es racismo ni clasismo, las críticas son por la incongruencia de su padre, de la cual quizá usted no es culpable. Sin embargo, revisando sus redes sociales, al parecer usted promueve todas las políticas de su padre el presidente; claro, las promueve de dicho, pero no de hecho. Eso se llama incongruencia.

Armando Ortiz                                  

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