*¿ Acaso no es consecuencia de la corrupción de partidos y candidatos, en alianzas y traiciones ?
“El panadero con el PRI, tempranito con el PRD y el que no sale se queda, ya sin intereses ideológicos”
En los intentos de perfeccionar la democracia, se actúa como los cangrejos, aunque es mentira que caminen hacia atrás, lo hacen de lado, así el ciudadano ya en edad de votar se afiliaba a un partido porque comulgaba en sus ideas y se identificaba en su ideología… ahora no. Todavía en los años 70 que nos tocó participar, como síndico único en Teocelo, posteriormente como secretario del mismo ayuntamiento, años de 1974, no existía otra manera de incursionar en la política que no fuese a través del Revolucionario Institucional. Aparecía el PAN con su ideología cristiana y conservadora, apenas con destellos en 1975 en ciudades importantes como Guadalajara y Puebla, ganando diputaciones locales…
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Se codeaban como élite de pequeños partidos, el PPS, el PDM y con alguna fuerza el llamado partido de la casita, el PARM en Veracruz, el PSUM y algunos otros en alianzas con el entonces invencible PRI. Si en esos años los partidos estaban desorientados con su militancia, ahora resulta peor, desbandada e inaguantable con actos de corrupción de su militancia ya sin buscar el estilo político, con escasa moral y calidad en el discurso político.
Vemos pues como candidatos del PRI en su tiempo, arribando al poder y concluyendo, buscan y buscaron nuevamente cargos de elección popular y al no ser designados, no soportaron calentar la banca cambiando de la noche a la mañana, quizás sí, los eternos aspirantes a quienes no se les hacía justicia siempre con el sobado término “aguanta, eres de casa”, abandonando las llamadas plataformas de intereses ideológicos y defendiendo fundamentalmente las trayectorias para que funcionara el sistema en forma democrática…
Dato interesante y curioso, cuando analizamos en la actual clase política de Veracruz, directamente en el distrito Coatepec, el que conocemos y recorremos constantemente, que el nivel de formación nada tiene que ver con la mediocridad, existen y existieron alcaldes sin título y desempeñaron bien su administración, es decir, la actitud y habilidad para desempeñar un cargo público no tienen que ser idénticas o paralelas para el ámbito académico… caso especifico lo de Hipólito en Xalapa, ex alcalde que como catedrático tiene lo suyo, pero equivocadamente como munícipe… cierto, fue mediocre porque lo suyo no es la política, así sea fiel militante de Morena, esto es otro asunto.
Los conocedores de la política, los estudiosos de ella, en nuestro papel de modesto comunicador que hemos leído a Alain Deneault, filósofo canadiense, en su ensayo “la mediocracia es la antesala de la revolución”, o a Lluis Pastor, doctor en periodismo y master en ciencias de la información en la Universidad Autónoma de Barcelona, su libro El Independiente, se aplicaría ahora en los actuales actores políticos, - no todos desde luego, hablando de alcaldes, ediles y directores del distrito Coatepec, incluyendo al arrogante David de Banderilla – que la mediocridad está encarnando, es la mediocracia, enfatizando ellos que los políticos son mediocres dentro de una élite formada pero desprestigiada, con partidos corruptos que designan a personajes que los representarán con desprestigio.
Los alcaldes preparados académicamente, por lógica, seguramente con su propio desarrollo profesional deben estar enterados de los problemas y del comportamiento de una sociedad que van a gobernar… ahora los palacios municipales del distrito Coatepec, cuestión de checar solamente, son agencias de chamba de los mismos familiares de los presidentes municipales, de los ediles, de directores y hasta de los padrinos políticos que exigen pago a la factura, degradación de la política subjetiva quizás pero con deterioro para los partidos en el poder…
Tampoco exigimos como sociedad y como medios de comunicación una meritocracia pero sí es latente y lamentable que estamos viendo gobiernos municipales mediocres sencillamente porque los que llegaron les vale madre el prestigio y sus compromisos, interesados en el jugoso sueldo, aceptando que el sistema actual no permite que sobresalgan los mejores ni los más brillantes, esos se quedaron en la orilla… y un poco más que abonan los mismos alcaldes creyéndose reyes en un fantástico castillo que se derrumbará inevitablemente dentro de unos cuantos meses…
Meritocracia o mediocracia, estamos en la lona. |