Entusiasmado seguramente por el 7-0 que el equipo de sus amores le metió a sus rivales azules, el jefe de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura, Juan Javier Gómez Cazarín, ha redoblado su trabajo cotidiano en pos del bienestar del pueblo bueno y honrado de Veracruz.

Lo anterior es dicho sin ningún asomo de sarcasmo, porque es sabida la pasión con la que el nativo de Jáltipan vive su gusto por el futbol; un gusto que él transforma en emoción para todas las otras aristas de su vida, sobre todo la profesional.

Así, se explica que J.J. haya tomado con tanta enjundia el asunto de los cobros indebidos y descomunales que están haciendo las grúas habilitadas por la autoridad de Tránsito estatal.

Este asunto, originalmente de corte administrativo, se estaba convirtiendo en un problema político, o más: social, porque esa forma de robo legal en despoblado estaba levantando el rencor generalizado de los ciudadanos, que votaron mayoritariamente en 2018 para que hubiera una transformación real en contra de la corrupción y los negocios turbios desde el Gobierno.

El diputado Gómez Cazarín sigue demostrando su capacidad para hacer las cosas y su sensibilidad para entender que la gente es la que manda y hay que trabajar por y para ella.

Con su orientación hacia el servicio público por el bien de todos, el diputado logra una suma cotidiana de simpatías en favor del proyecto en el cual es protagonista importante.

La disposición al diálogo que ha mostrado el morenista le está abriendo puertas de concordia en favor del acopio electoral que será indispensable en 2024.

Cuando todos los grupos y grupúsculos al interior de Morena en Veracruz entiendan que la concordia y la tolerancia son el camino más provechoso, las encuestas reales darán mejores resultados en favor de la causa cuitlahuista-nahlista.

Ahí está el ejemplo que pone todos los días el líder de la Cámara estatal.

Sólo falta que los otros de adentro lo entiendan y lo sigan.

No hay de otra para ellos.

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