“Los museos como el de Teocelo, son sitios donde te sientes orgulloso de este suelo”
YO
Lo se… no es el museo del Oro de Bogotá, Colombia, con sus 34 mil piezas de oro y orfebrería prehispánica del mundo, como tampoco el British Museum de Londres exhibiendo sus momias egipcias, el friso del Partenón como la Piedra Rosetta, o el museo del Louvre de París, Francia, que guarda celosamente “La Mona Lisa” de Leonardo Da Vinci y lo convierte en el más importante del mundo por sus esculturas de las civilizaciones de Mesopotamia y de Egipto, sumaríamos al Museo de Antropología de Xalapa, en el cual don Agustín Acosta Lagunes, le dio mucho interés y agrupó valiosas piezas que le dieron la dimensión y categoría, aunque las buenas y malas lenguas alegan que el extinto gobernador de Veracruz, envió al Museo de Antropología solo copias de las esculturas originales… no me consta.
Pero así como en estos lugares de diferentes países presumen sus museos, Teocelo cuenta con el suyo en donde se guarda la viva historia y legado de hechos que aportaron en ese momento, lo necesario para que Teocelo consiguiera el titulo de ciudad, a temprana edad de acuerdo a las cabeceras municipales aledañas que hace pocos apenas lo lograron… siendo el decreto de 13 y 17 de mayo de 1881, elevado a Villa y posteriormente el 11 de junio de 1898 a ciudad, con la denominación de Teocelo de Díaz y ya en el siglo XX solamente y por decreto como Teocelo… ya este lugar encerraba demasiada historia, recibiendo al presidente de México, don Porfirio Díaz y esposa, al escritor de “Libro Azul”, Rubén Darío de Nicaragua, a Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, a generales como Guadalupe Sánchez, nativo de esta tierra del Dios Tigre…
Difícil seleccionar a los mejores museos por que cada uno guarda sus propias características y el de Teocelo no lo hace de manera especial con un solo tema, es la historia vida de todo un pueblo lleno de valor en la revolución mexicana, de trabajo en el cultivo de sus cafetos, cosecha de plátano y naranja en su apogeo en los años cincuenta… del aporte universitario con sus jóvenes que cubren todas las carrera de la Universidad Veracruzana; ciudad limpia con premio nacional y ejemplo en la separación de la basura… no se diga en cuanto al auge en los años del “Piojito” y es aquí en este mismo lugar del boletaje y del tinaco del tren, donde se encuentra el Museo Comunitario de Teocelo…
En cierta ocasión me comentaba un distinguido maestro de la Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana, Francisco Gutiérrez…”lo que logres y lleves en el corazón y en la historia cuélgalo en un museo”, así es, dejar plasmado lo realizado y relevante, sin egoísmo pero si como una enseñanza, por ello, el escritor Mario Victoria comparte sus obras literarias y escritos periodísticos para todos, sus paisanos y lectores de las diferentes latitudes… de la misma manera que literalmente encuentras en este museo de Teocelo, la luna, el sol, los espejos y la realidad misma de los pueblos de progreso… entendiendo lo que verdad significaun museo, no colecciones.
Hoy tuve el honor de acudir una vez mas al Museo Comunitario como invitado al corte de listón, con mi esposa Trinidad Cid y mi sobrino Alfredo Cortés Gómez, casualmente y me dio mucho gusto saludarlo y es a quien le debo las fotos que ilustran esta columna y vino a mi mente la frase de un afamado escritor turco y premio nobel de literatura, Orhan Pamuk, al decir que un día leyó un libro y su vida toda cambió, asimismo adaptaría la frase para quienes visiten el museo de Teocelo, y su vida se transformará… en conferencias, eventos musicales, oratoria y las mismas imágenes y objetos que hablan del “Piojito” y sabrán que Teocelo vive y se cultiva con su juventud y con sus ancianos en experiencia y anécdotas…
Mi agradecimiento a todos y cada uno de los integrantes del Museo de Teocelo, a Mario Victoria, a Luis, a Tony Homero, Alejandra Cid, a la doctora Cinthia García, a los amigos como Yuri Eguiarte Estañol, licenciado en Derecho y criminólogo y desde luego a Dagoberto Hernández Hernández, aceptando la invitación tratándose de Teocelo…y creemos en él, siempre y para siempre. |