El propio Presidente reconoció: “Existe, (el servicio), están los centros de salud, están los hospitales, pero no es bueno el servicio, no están en buen estado los centros de salud, las unidades médicas rurales, los hospitales; en general no hay médicos generales, no hay especialistas, faltan equipos y faltan medicamentos”.
A pesar de estas carencias propias de un sistema de salud que se descuidó hasta niveles homicidas, está el despotismo de empleados, enfermeras, médicos que han perdido la sensibilidad para tratar con los pacientes que no sólo van por ayuda física sin por una atención integral, pero sobre todo humana. De nada sirve que haya especialistas sino sabe cómo tratar a la gente a la que prescriben
El secretario de salud y los subsecretarios parecen no estar conscientes de la atención deficiente del persona irresponsable y poco sensible.
El presidente recalcó la necesidad de un servicio universal de salud al decir: “Es un derecho del mexicano, no es un privilegio, el derecho a la salud, como el derecho a la educación, y ese es un compromiso que tenemos y lo vamos a cumplir, y me da mucho gusto”.
Pero esto de nada sirve si el trato del personal, desde el policía de la entrada hasta las personas de la farmacia tratan con la punta del pie los mexicanos que ejercen ese derecho y los empleados del Seguro Social o del ISSSTE siguen siendo los verdaderos privilegiados.
La salud debe dejar de ser un factor político para traspasar todas a esas barreras de privilegios, porque en el IMSS, por ejemplo, hay más de un sindicato, hay disidencia que tiene que ver más con los partidos que con la salud. Con la impunidad y la holgazanería que con la responsabilidad. Y esto debe terminar.
Debe despedirse a quienes no ofrezcan una atención adecuada sin importar si son sindicalizada o de confianza y los líderes deben impulsar en, primer lugar, la calidad de sus trabajadores y n o los privilegios de sus cúpulas.
La salud en México tiene rezago, pero no sólo en infraestructura hospitalaria y abasto de medicinas sino en el sentido más sensible y vital que es la humanización de su personal.
PEGA Y CORRE
Cuando uno pensaba que 43 aspirantes a la Presidencia de República de la oposición eran muchos, cada día surgen más y hay espontáneos que brincan al ruedo sin saber manejar el capote.
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