Es por ello que para ocultar el sol de nuestra realidad el gobierno de Cuitláhuac García ha gastado millones de pesos para montar un escenario en donde se pudiera ofrecer un discurso para hablar de supuestas “victorias”, pero nunca de derrotas.
Si nos basáramos en el discurso que el gobernador elaborara para darnos a conocer el estado de las cosas en su administración, pensaríamos que Veracruz es una sucursal del Paraíso. Hacemos mal en no progresar, porque todas las oportunidades para hacerlo nos las han brindado en estos cuatro años de gobierno.
Los pobres tienen vocación de pobres, pues a pesar de los muchos apoyos de los programas sociales de Bienestar, siguen en la misma marginación. La inseguridad es un mito de novelas policiacas y el desempleo, eso ocurre en otra parte. En Veracruz no matan periodistas, pero si los mataran “se llegaría hasta las últimas consecuencias para dar con los responsables”.
Lo que sigue es sacar más pesos para tapar más soles, para que los encabezados de los medios “chayoteros” al día siguiente anuncien que Veracruz es la tierra de Jauja, la tierra prometida que “mana leche y miel”. Millones de esos pesos se seguirán gastando para que el drama del “buen gobierno” continúe por lo menos otros dos años más.
Y así año con año, en una ceremonia gastada, anquilosada, esperpéntica se seguirá dando ese combate entre la realidad y la mentira, entre el discurso y lo evidente, entre un buen gobierno y un simple gobierno lleno de inútiles improvisados
Armando Ortiz
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