AYER, primero de diciembre, se cumplieron los cuatro años de gobierno de las dos administraciones, la federal del presidente Andrés Manuel López Obrador, y la estatal, en Veracruz, del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

En menos de dos años, el presidente López Obrador, tendrá que dejar la presidencia, en virtud de que su periodo constitucional durará, solamente, cinco años, diez meses de gobierno, de acuerdo a una reforma electoral del año dos mil catorce, con una justificación plena, debido a que el futuro presidente, tendrá la oportunidad de elaborar su propio presupuesto, el cual ejercerá a partir del año dos mil veinticinco.

Pero, aclarado lo anterior, la importancia de este comentario, la queremos fijar en otros detalles, como es la puesta en marcha del reloj político, el contador de tiempo, porque, para las dos administraciones, federal y estatal, en un año, tres meses, aproximadamente, sino es que antes, tendrá que haber candidatos a la presidencia de la república y a la gubernatura de Veracruz. Con base en esto y olvidándonos un poco de lo político, entraríamos en materia de lo administrativo, pues en los dos casos, se tendrían que comenzar a poner las cosas en orden, porque de acuerdo a las condiciones políticas que imperan, el tiempo de dos años que les restan a los dos gobernantes, será muy poco para lo mucho que se prevé, este descompuesto en el manejo de los recursos públicos.

A nivel nacional, existen muchas dudas sobre la aplicación de grandes cantidades de dinero, por ejemplo, en el aeropuerto Felipe Ángeles, que no es, de ninguna manera, el mejor del mundo, la refinería de Dos Bocas, que aún no produce ni un litro de gasolina, el tren maya, que sigue siendo un misterio administrativo, independientemente de la responsabilidad que existe por el daño ecológico que ha generado, así como otras obras de menor importancia política del gobierno de la cuarta transformación, en donde, necesariamente, tendrán que dar amplias explicaciones sobre los recursos invertidos.

En Veracruz, las cosas parecen ser de otra manera, porque en este caso, los recursos, mal o bien, no se han aplicado y la responsabilidad del gobernador García Jiménez, será dar a conocer dónde quedaron los dineros de millonarios presupuestos anuales. Aquí, la cosa, parece aún más delicada y más difícil de justificar, si es que no nos equivocamos.

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ANILÚ, DIPUTADA VALIENTE.

JUSTIFICADAMENTE, LA legisladora local, Anilú Ingram Vallines, arremetió en contra de las diputadas y diputados de morena, luego de que ayer, dejaran fuera el dictamen de discusión de la llamada ley Monse, con la cual se busca castigar a quienes ayuden al encubrimiento de un feminicida.

La legisladora de la bancada priista, se molestó, porque dicha ley, ya aprobada en comisiones, el veintiocho de noviembre pasado, no pasara a formar parte de la agenda para su discusión y aprobación, ya que se trata, dijo, de una ley ciudadana y que los legisladores de morena, están confundiendo como si se tratara de cualquier otra legislación venida de la oposición.

Realmente, es una ley que tiene como propósito principal, hace verdadera justicia, por lo que ya se había tratado en parlamento abierto, incluso, socializada con autoridades del propio partido político en el poder, incluyendo, a la misma fiscalía general del Estado.

Anilú, se sintió decepcionada, porque tiene un trabajo legislativo y de servicio público de muchos años, donde ha servido al Estado, y a los veracruzanos, en general, por lo que nunca pensó que sucediera esta situación, donde, francamente, se atenta contra los derechos de los propios veracruzanos.

Para Ingram Vallines, todo parece indicar, según sus propias palabras, qué a los legisladores de morena, no les interesa, para nada, que presuntos delincuentes sigan en las calles, gozando de la impunidad que duele e insulta a los veracruzanos, más cuando hay plena evidencia que con el autoritarismo que les caracteriza, decidieron echar marcha atrás para no votar esta ley tan necesaria para el Estado.

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VIGILARÁN LA ZONA DEL DIQUE.

EL ALCALDE DE XALAPA, Ricardo Ahued Bardahuill, ha girado instrucciones precisas al director de protección civil municipal, Luis Sardiñas Salgado, para que se proceda a instrumentar un operativo especial en el barrio del Dique, al acercarse el día en que todos los mexicanos, honran a la virgen de Guadalupe.

De esta manera, el ayuntamiento, en coordinación con otras dependencias estatales y federales, supervisarán y vigilarán puntualmente, que todo transcurra con plena normalidad en estas fechas, principalmente, por la asistencia en masa de muchas personas en esta zona donde se encuentra la iglesia de Guadalupe, en el famoso barrio, donde cada año, acuden miles de personas a elevar sus oraciones y honrar a la patrona de México.

Luis Sardiñas Salgado, director de protección civil, manifestó, que en estas fechas arriban a este lugar entre cincuenta y setenta mil peregrinos, pero que este año se espera que la asistencia sea mayor, es decir, que llegue a las cien mil visitas.

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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.