Hoy, sin embargo, cobran vigencia tras hacerse público el empeño de López Obrador por demoler al INAI y su versión veracruzana IVAI, organismos responsables de la transparencia gubernamental.
Nos regresa a la memoria la trágica historia de Yolli.
La cruel venganza de Cuitláhuac se inició en 2020 cuando Yolli dio a conocer, a través del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información -IVAI- que encabezaba ciertos manejos financieros que encolerizaron al mandatario.
¿Cómo se desquita Cuitláhuac?
Adán Armenta, esposo de Yolli dio cuenta en su momento que “un día después de concluir su cargo el 26 de marzo de 2020, mi esposa fue detenida por haber nombrado a personal del Órgano Interno de Control (OIC) del instituto, sin tener atribuciones para ello, delito que, sin embargo, no ameritaba cárcel”.
Destacó, también en su momento, que Yolli “fue acusada de ejercicio indebido del servicio público, abuso de autoridad y coalición, lo cual jurídicamente es irregular porque le imputan tres delitos por la misma acción los cuales tampoco ameritaban cárcel”.
Luego, el 22 de diciembre de 2020, fue acusada de cometer el delito de omisión, por no haber dotado de presupuesto al OIC, a pesar de que el gobierno del estado no etiquetó presupuesto para ello
Y aunque ninguno de los delitos arriba citados es considerado grave, el juez penal que lleva el caso, Gregorio Esteban Noriega Velasco, dictó prisión preventiva con el argumento de que “podría darse a la fuga”.
La consigna del gobernador era dejarla en prisión de manera indefinida, es decir, sin juzgarla. La salud de Yolli, sin embargo, mermó al paso de los años en prisión hasta ponerla al borde de la muerte.
¿Qué pecado cometió Yoli García?
En julio de 2019, el pleno del IVAI resolvió que la Secretaría de Seguridad Pública debería entregar la información sobre la adquisición de 160 patrullas que un ciudadano le solicitó vía Plataforma Nacional de Transparencia.
Había la sospecha de sobreprecios -ya después confirmada- que dio como resultado que el propio gobernador echara abajo la decisión de reservar hasta por cinco años toda la información relacionada con ese caso.
A esa primera molestia del gobernador, se sumó la decisión del pleno del IVAI de ordenar a la Contraloría General del estado entregar la información sobre el expediente de un funcionario de la secretaría de Finanzas y Administración.
Se trataba ni más ni menos que de Eleazar Guerrero, primo hermano de Cuitláhuac, lo cual colocaba al mandatario en una situación de conflicto de intereses.
Ahí se iniciaría el viacrucis para Yolli.
En su momento declaró que: “Concretamente una persona me atajó en la calle y me dijo que le bajara dos rayitas a mis pendejadas” y por otras vías le advirtieron que “me iban a fregar, nada más que dejara el cargo”.
Y así fue.
Un día después de haber dejado la responsabilidad pública fue detenida con lujo de violencia y convertida en “presa política”.
¿Cómo fue la detención?
Yolli había sido citada “para tomar un cafecito” por Naldy Patricia Rodríguez Lagunes, una vieja periodista con cierto crédito hasta que se abrazó a los propósitos del Bola #8, quien la invita como titular de la Unidad de Transparencia de la Secretaría de Gobierno, para luego mostrarle la manzana podrida.
Le pediría a Naldy citara a Yolli en un lugar público para que le explicara algunos detalles sobre el funcionamiento del IVAI, quien al llegar al lugar fue detenida en aparatoso operativo policial.
Naldy se escabulló del ruido mediático, regresó a su oficina en espera del pago a la delación tras poner a Yolli como carnada y listo, el 4 de junio del 2020 es nombrada Presidenta del IVAI.
El tamal de la venganza se había consumado.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |