Es quizá Beatriz Paredes Rangel la última de su clase, heredera del priismo post revolucionario que supo adaptarse al devenir político de un México distinto y abierto a una nueva realidad, que pasó del famoso desarrollo estabilizador a los tiempos de la llegada del neoliberalismo –con el cual, cabe señalar, nunca ha comulgado del todo-.
Extraordinaria oradora, demócrata a ultranza, muy trabajadora, impulsora como pocos del diálogo como medio para poder llegar a la construcción de acuerdos que permitan el cambio de realidades.
Es Paredes Rangel, la heredera de la última casta de políticos con formación y preparación para el ejercicio de la política.
Legisladora con experiencia desde la década de los 70’s del siglo pasado, la tlaxcalteca de raíces veracruzanas, ha sido de todo en la actividad pública Subsecretaria de Gobernación y Secretaria de la Reforma Agraria, legisladora local, diputada federal y senadora en al menos tres legislaturas, Gobernadora de su entidad, embajadora de México en Cuba y en Brasil, presidenta Nacional del Partido Revolucionario Institucional al que arribó tras un proceso de elección democrático, dirigente Nacional de la Confederación Nacional Campesina (CNC), presidenta de la Fundación Colosio de su partido.
Fue presidenta del Parlamento Latinoamericano (PARALATINO), instancia donde concurren legisladores de los Congresos de todos los países de habla hispana de América Latina y el Caribe.
Aunado a ello, se alza con la preferencia electoral en las diversas encuestas que distintas casas demoscópicas han hecho públicas junto a medios de comunicación que también han presentado sus mediciones respecto al nivel de aceptación y preferencia dentro de la posible Coalición de Va por México (PAN-PRI-PRD).
Mismas que la colocan como la más avezada para encarar el proceso electoral federal del 2024 como candidata a la presidencia, en los momentos en que México se mantiene más polarizado que nunca, en donde se confrontan dos visiones de nación y en donde el reto es reunificar las visiones de millones de mexicanos.
Cosa que no le arrebata el sueño, ni la hace perder el piso, Paredes Rangel sabe perfectamente bien cómo afrontar el reto, en reciente entrevista con el Diario El Universal afirmó: “Soy una persona que nunca echó las campanas al vuelo antes, soy muy cautelosa. Las encuestas son una fotografía de la circunstancia. Hay ocasiones en que las encuestas me han puesto abajo, en otras me han puesto en medio y hay ocasiones donde las encuestas me ponen arriba. Yo sigo trabajando, soy respetuosa, creo en el diálogo, creo en el debate”, afirmó.
Beatriz Paredes se yergue como la opción con más experiencia, conocimiento y visión de estado, en momentos en que la relación trilateral entre México-EUA-Canadá debe retomar el rumbo, en el escenario propició de hacer un alto y replantear la visión de nación que requiere y demanda nuestro país en la segunda década del siglo XXI.
Su experiencia en el Servicio Exterior Mexicano permitirá devolver el prestigió que nuestro país había ganado en otros momentos, y que ahora se ha perdido al grado de haber sido literalmente expulsados de Perú, por las expresiones poco diplomáticas del presidente López Obrador respecto al actual Gobierno de aquella nación hermana.
Llegado el momento confrontar las visiones del actual régimen de la mano de Claudia Sheibaum Pardo versus la de Beatriz Paredes Rangel será sustancial para comprender quién podría ser la mejor opción para encabezar el liderazgo del Gobierno.
Y seguramente por mucho, las nuevas generaciones encontrarán en la priista a una mujer con visión de estado, demócrata, profesional y comprometida con la función pública, pero sobre todo con la calidad y capacidad humana de resiliencia que tanto necesita nuestro país en estos tiempos tan convulsos.
Al tiempo.
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