El ejemplo a la mano que se tiene, está en el Congreso local, donde en esta LXVI Legislatura, el chapulineo de diputados, como Rafa Fararoni, hizo que el PVEM no tuviera bancada… o el caso de Ana Miriam y Paul Martínez le quitaron esa opción al PT…
Como sea… parafraseando a Dante Delgado, los veracruzanos, con preferencia a la 4T o animadversión para con ella, deben tener en claro algo estas próximas elecciones: ¡con el PT y el PVEM, ni a la esquina!
Y esto lo van a demostrar en breve cuando se manden a hacer las encuestas para ver si es Gallo o Gallina quien sea elegido candidato a la gubernatura para el 2024: creen realmente que Morena incluirá a Alberto Silva Ramos entre las corcholatas locales? Si se rió, no lo culpo porque igual me ocurrió lo mismo: ¡pus no! Porque tras lo de Coahuila, ni al PT ni al PVEM hay que creerles porque son una burla para la sociedad y para ellos mismos, a tal grado que ni su aliado, Morena, los toma en serio.
¡Vamos! Ni las ruedas de prensa de Vicente Aguilar con sus aires de valiente… está claro que en cuanto lo llame el Sistema en el Poder, ha de agachar cabeza.
Así que tanto el PT como el PVEM habrán de seguir interpretando el papel que mejor les queda: rémoras políticas a la caza de las migajas que les conceda Morena… una o dos curules; algunas alcaldías; regidurías y un porcentaje que les permita seguir mamando de las prerrogativas por hacerse pasar como partidos políticos siendo más cercanos a parásitos políticos.
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