Del 19 de junio al 27 de agosto, los aspirantes podrán realizar recorridos por todo el país en promoción de sus figuras, en los que deberán de hablar de los logros de la 4T y de la promoción de la democracia.
Entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre se habrá de levantar la encuesta por la Comisión de Encuestas de Morena y las empresas encuestadoras con representantes de los aspirantes.
Del 4 al 6 de septiembre, se dará el procesamiento de información por parte de la Comisión Nacional de Encuestas de Morena e integrará el resultado.
Y el 6 de septiembre será el gran día de difundir al ganador o ganadora de la encuesta; mismo que se realizará con entrega de los resultados de parte de la Comisión Nacional de Encuestas al Consejo Nacional y a la Comisión de Elecciones. Asimismo, se le informará al presidente del CEN y aliados para la presentación pública de los resultados en presencia de los aspirantes.
Durante la presentación de las reglas de competencia, los órganos de dirección de Morena demandaron a los aspirantes presidenciales no fracturar al partido en su intención de ganar la candidatura.
El presidente del Consejo, Alfonso Durazo Montaño al leer el contenido de la convocatoria enfatizó: “Evitar disputas internas que podrían derivar en fracturas y mantener la unidad de nuestro partido y de nuestro movimiento, aunque no habrá motivo para ello, toda vez que se llevará a cabo caracterizado por la transparencia, la equidad y la imparcialidad.”
Además, remarcó: “Será fundamental enviar al pueblo de México el mensaje de que actuamos con ética y compañerismo, espíritu unitario y ánimo de transformación verdadera de la vida pública del País”.
Ahora bien, si ya trazadas las reglas del juego, estás no se respetaran por parte de los actores participantes ¿qué pasará?
Lo cierto es que la desbandada morenista pudiera ser una realidad, en caso de no favorecer a algunos de los aspirantes el resultado, y ahí habrá que ver si la aletargada y taciturna oposición se despabila y opera para atraer a su terruño a los actores políticos inconformes para al menos intentar garantizarse más votos.
Por lo pronto habrá que ver a los actores locales al menos en el Estado de Veracruz, su están a favor de aplicarse las mismas reglas que los aspirantes presidenciales, y seguir el mismo esquema de elección, que seguramente, será, a partir de ya, el modelo “dedocrático” empleado por el movimiento transformador.
Mientras tanto, Rocío Nahle García, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Ricardo Ahued Bardahuil, Sergio Gutiérrez Luna, Zenyazen Escobar García afilan ya sus machetes para llegado el momento prepararse para la batalla interna, que en la entidad pareciera ser de pronóstico semireservado.
Pues la ventaja la tiene la propia secretaría de Energía, Rocío Nahle, a la que personajes como Cuitláhuac García Jiménez y Juan Javier Gómez Cazarín afirman que “Chío es la buena.”
Al tiempo.
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