El viernes 30 de junio, hace tres días, Rocío Nahle García y el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmaron el dato.
El texto se fundamentó en declaraciones de Nahle García, secretaría de Energía en el gobierno federal.
Como lo anticipó la ingeniera nativa de Zacatecas y avecindada en Coatzacoalcos, Veracruz, hace 72 horas arribó a Dos Bocas la primera carga de petróleo crudo y se colocó sobre los ductos donde la refinación dará inicio en algún momento de los próximos meses.
Este detalle es importante: ni el presidente ni la titular de SENER dieron una nueva fecha específica sobre el inicio de operaciones -ahora sí- de la refinería Olmeca.
El primer día de julio del año pasado se inauguró el área administrativa de la gigantesca y moderna planta, creada mayormente por mano de obra mexicana -lo cual, ciertamente, es motivo de orgullo- porque -se reconoció sobre la marcha- la obra no estaba concluida.
He planteado en CLAROSCUROS un razonamiento elemental, muy simple: los tiempos de las matemáticas, la física y la química no coinciden con los tiempos políticos.
Andrés Manuel López Obrador lo sabe, pero le concede tanta confianza a su capacidad histriónica que le vale una pura y dos con sal soltar un dato, una fecha, un plazo, un compromiso hoy, y declarar todo lo contrario en su siguiente mañanera.
Lo que digan los especialistas, los periodistas, sus críticos y la opinión pública en conjunto, le hace lo que el viento a Juárez.
Eso sí, su equipo de trabajo -caso de Rocío Nahle- debe sumarse a la falsedad so pena de recibir un fuerte castigo político.
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A diferencia del presidente, Rocío Nahle ha hecho declaraciones en las que miente -lo hace por necesidad política, pienso- pero al mismo tiempo desliza elementos de coherencia, explicaciones técnicas con las que busca -casi nunca lo logra- proteger las incoherencias emanadas del discurso gubernamental.
Por ejemplo: Rocío Nahle llegó a decir que en diciembre del 2022 sí habría refinación en Dos Bocas y luego junto con el presidente reiteró el compromiso de poner en operación la refinería Olmeca el primer día de julio del 2023; un año después del patético corte de un listón inaugural montado para efectos de propaganda.
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Llegó el sábado primero de julio del 2023 y, una vez más, no hay combustible producido en Dos Bocas; nada, ni un litro, ni un barril.
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Me pregunto: ¿Para qué mentir y engañar desde el discurso político oficial, respecto al avance de una mega obra como la de Dos Bocas?
La obra es gigantesca; el trabajo de Rocío Nahle García al frente de dicho proyecto es totalmente admirable, impresiona.
Qué mujer tan capaz; qué mexicana tan brillante; qué ingeniera -egresada de escuelas públicas- tan inteligente es Rocío Nahle García; lo digo convencido.
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Por otra parte, no hay dudas; Dos Bocas cumplirá su función: refinar…
Dos Bocas abonará, vía combustóleos -gasolina y diésel entre ellos- a la búsqueda de la autonomía, la soberanía energética planteada como objetivo de la 4T encabezada por AMLO.
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Empero, surgen preguntas contrastantes:
¿Cuándo refinará Dos Bocas?
No lo sé…
¿Qué tanto aportará Dos Bocas al objetivo de la autonomía energética?
Tampoco lo sé…
Existe un singular discurso de poder -encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador- desde el cual se miente, se engaña, se manipula día con día respecto a múltiples temas, entre ellos las cuatro mega obras del sexenio y de modo particular la de Dos Bocas.
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Sostengo una hipótesis al respecto: una parte del origen de las mentiras del presidente corresponde a su estrategia política.
Miente porque le funciona.
El objetivo del presidente es conducir su Cuarta Transformación a uno o más sexenios, porque el periodo del 2018 al 2024 no ha sido suficiente.
Para ello, requiere entregar el poder a uno de los suyos.
El de las corcholatas es un patético juego político lacerante de la democracia; el candidato (a) de MORENA será electo por dedazo presidencial y entre los elementos a considerar se encuentra la defensa del proyecto de López Obrador, en cuya garantía de continuidad el presidente identifica la lealtad y lo que él concibe como honestidad.
La honestidad, en AMLO, no es un valor ético ni moral; no importa si su sucesor miente como él lo hace día con día.
Mientras las corcholatas se comprometas a dar continuidad a su proyecto político están a salvo de cualquier ataque de los enemigos de la 4T y se acercan al gran dedo elector…
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AMLO impulsa Dos Bocas como parte de una convicción propia, nunca oculta, siempre manifiesta a lo largo de su trayectoria política: modificar el régimen y el sistema político mexicanos apoyado en el retorno a un modelo macroeconómico estatista -nacionalista- como el desarrollado durante las décadas de los años 40s, 50s y 60s del siglo XX, cuando el país -en manos del PRI- vivió la jauja desde la Sustitución de Importaciones y el Desarrollo con Estabilidad.
Respeto a la idea del retorno al estatismo macroeconómico, AMLO no miente; podemos estar en desacuerdo con esa idea o considerarla una falacia pero López Obrador actúa convencido.
Las mentiras, me parece, surgen desde otros frentes; no miente sobre su objetivo; miente sobre cómo lograría arribar a la meta…
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El espíritu político en torno a la creación de la refinería en Dos Bocas es justamente ese sueño que habita la mente de nuestro presidente: el de un México donde se explotan los recursos naturales propios; se industrializan desde PEMEX y CFE; se atiende la demanda del mercado energético sin necesidad de importaciones…
A los precios bajos de los combustibles se les añade la entrega de programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, 65 y Más, Sembrando Vida, apoyo para discapacitados y el pueblo dejará de ser explotado por unos cuantos ricos, oligarcas, enemigos de la patria, neoliberales nacionales y extranjeros.
He ahí el sueño.
Estas ideas son repetidas día tras día por el presidente mexicano, quien mezcla estructuras económicas con estructuras políticas y estructuras sociales sin tomar en cuenta las particularidades y contradicciones que las definen en lo particular y en su conjunto…
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En el caso de Dos Bocas, la obra se presupuestó originalmente en 8 mil millones de dólares y su costó rebasa los 16 mil millones de dólares…
La diferencia es gigantesca pero la visión presidencial define a la economía -y a la administración pública- como elementos de menor importancia frente al ejercicio del poder político; el suyo…
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A Dos Bocas se enviarán 340 mil barriles diarios de petróleo una vez que opere al cien por ciento.
Al no haber un plazo determinado adecuadamente para la operación total de la refinería Olmeca, surge la duda sobre el origen de la materia prima…
¿De dónde van a sacar ese petróleo?
Me explico: el presupuesto de Hacienda para el 2023, aprobado por el Congreso, incluyó la venta de unos 764 mil barriles diarios de petróleo.
Durante el año 2022, México exportó alrededor de 879 mil barriles diarios de petróleo.
Dicha venta generó un ingreso de 31 mil 085 millones de dólares, el año pasado.
Si la refinería de Dos Bocas ha costado más de 16 mil millones de dólares, tenemos que la exportación de petróleo -sólo en el año 2022- trajo a las arcas públicas mexicanas casi el doble de esa cantidad de dinero.
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El presidente y los funcionarios de SENER y PEMEX hablan de la autonomía y soberanía energética, pero:
¿Cómo se obtendrán más ganancias suspendiendo las exportaciones y refinando todo el crudo del país en nuestras refinerías?
¿Cómo superar desde el total de nuestras refinerías, los más 31 mil millones de dólares generados por la venta de petróleo al extranjero sólo durante el año 2022?
En el 2023 la exportación de petróleo disminuyó y por tanto el ingreso por venta de crudo al extranjero está muy por debajo de los ingresos del 2022.
Sabremos cuánto ingresó al país por la exportación de petróleo durante el 2023, al finalizar este año.
Aun así, quedan dudas:
¿Cómo seremos autosuficientes energéticos a partir del 2024?
¿Cómo resolverá Hacienda la ausencia de ingresos por exportación de petróleo el próximo año, en el caso de cancelar totalmente la exportación de petróleo?
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