¿Cómo pasaron por los múltiples retenes montados tras el secuestro masivo?
¿Cómo llegaron directamente a los brazos de sus familias y frente a un edificio público rodeado de fuerzas de seguridad, sin que hubiera un solo detenido?
El tema particular es el secuestro y liberación de dieciséis empleados de seguridad del gobierno, pero el tema general es el creciente clima de violencia en Chiapas, donde se sumó, ayer, la aparición de un grupo armado -presumiblemente autónomo- con el control de la población de Pantelhló y la petición de expulsión del Grupo El Machete.
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La semana pasada un autobomba estalló en Guanajuato, con el saldo de guardias nacionales heridos…
El fin de semana, en Poza Rica, Veracruz, aparecieron cuerpos humanos en pedazos…
En Guerrero apareció el cuerpo sin vida de un secuestrado…
En Acayucan, Veracruz, el 8 de julio se cumplirán cinco meses de la desaparición de Roxana, joven madre soltera, vista por última vez en Tierra Blanca luego de abordar un auto en la plaza Florida, de Oluta…
Juchitán, Oaxaca, es tierra de ejecutores; por ahí atraviesa el tren del corredor interoceánico del istmo de Tehuantepec…
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Hipólito Mora Chávez, uno de los líderes y fundadores de las autodefensas de Michoacán fue asesinado el pasado jueves junto a sus tres guardias en La Ruana, en la tierra caliente de Michoacán.
Hipólito Mora debió irse de su pueblo, abandonar su domicilio y a los suyos, cargar con la familia más cercana y hacer vida en otro lado, quizá en otro país.
No lo hizo y la reacción oficial acude a ese pseudo razonamiento que revictimiza antes de profundizar en motivos, contextos y elementos como la raíz cultural, que impiden el abandono del lugar de origen por parte de algunos hombres y mujeres…
A Hipólito se le ofreció marcharse y no aceptó, dijo el gobernador de Michoacán, respaldado por una joya oscura del discurso presidencial: la muerte de Hipólito Mora es remanente de la violencia que dejó la estrategia de seguridad de Felipe Calderón, declaró Andrés Manuel López Obrador.
El nefasto Felipe Calderón sacó al ejército de los cuarteles aquel diciembre del 2006, a unos días de haber tomado protesta como presidente.
Casi diecisiete años más tarde AMLO está a punto de cumplir cinco años en el poder y el ejército no sólo sigue en las calles, sino que se intentó -fallidamente- poner en sus manos el mando directo de la Guardia Nacional y arrebatarlo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el órgano civil responsable por mandato constitucional.
Es decir, Calderón inició la estrategia, AMLO la continua, masacran a Hipólito Mora, pero es culpa de Felipe… ¿?
Las autodefensas surgieron en febrero del 2013, justamente en La Ruana, Michoacán.
Diez años después, el jueves 29 de junio, durante más de media hora -alrededor de una hora, narra un hermano- Hipólito Mora fue atacado por docenas de sicarios que debieron usar un rifle Barret para incendiar su camioneta blindada, con él adentro.
Ni la Guardia Nacional, ni el Ejército, ni la Marina, ni la policía, ni nadie, acudió en su auxilio.
¿Por qué?
Los enterados de cómo funcionan las alcantarillas de los mecanismos policiacos del Estado, saben de claves, de operativos, de protocolos y decisiones políticas.
A Hipólito Mora lo entregaron y el Estado volteó para otro lado, de acuerdo con ese modus operandi.
Para hablar de remanentes de políticas en materia de seguridad, se requiere admitir la responsabilidad propia y en el discurso presidencial actual no existe tal condición.
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A cinco años de la histórica elección que otorgó el triunfo a la izquierda -se festejó el pasado fin de semana en la ciudad de México- la agenda nacional reclama una serie de asuntos de suma relevancia:
La inseguridad -en Guanajuato, Guerrero, Veracruz e Hipólito Mora (+) y más de la mitad del país, abundan los ejemplos-.
La salud pública y popular, donde acudir a una consulta en las farmacias de similares se ha convertido en alternativa de sobrevivencia para millones de mexicanos, descuidados por un sector salud donde trabajan brillantes médicos y enfermeras, abandonados por la ausencia de presupuesto
Las mega obras, sus avances, resultados y futuro: el AIFA, Tren Maya, Dos Bocas, Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec; sabemos de ellos por la información oficial respectiva y las afirmaciones del presidente; pero no hay transparencia sobre el manejo de los recursos, ni certezas sobre sus impactos positivos -empleos permanentes, por ejemplo- o negativos -daños ecológicos severos en la selva maya, otro ejemplo-.
La agenda nacional reclama muchos más asuntos, pero estamos enfocados en un proceso preelectoral disfrazado de “luchas por causas sociales” desde los partidos.
MORENA y sus corcholatas definirán vía encuesta el nombre del Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación; mientras la oposición -PAN, PRI, PRD- y grupos de la sociedad civil van a elegir al responsable de la Construcción del Frente Amplio por México.
En ambos casos se viola la Ley.
El INE, atacado con fiereza durante los últimos meses bajo la batuta de Lorenzo Córdoba, hoy es un árbitro a modo del poder presidencial.
Hemos perdido ese gran avance democrático del país y no hay idea sobre cómo y cuándo lo vamos a recuperar.
Es labor del Instituto Nacional Electoral vigilar el respeto de la ley en su materia y resulta evidente el costoso e ilegal inicio del proceso de sucesión presidencial, en fechas y bajo condiciones no previstas en el marco jurídico del país.
El INE, con nuevos consejeros y directiva, calla; es testigo de la violación a la ley pero acude a palacio nacional y no asume su independencia.
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No escribo sobre temas menores; estas violaciones a la democracia que costó décadas y miles de vidas construir, tendrá consecuencias graves, aunque de momento no se visualicen; ya las veremos.
Sobre esas violaciones a nuestra democracia no sólo es responsable nuestro gobierno; existimos los cómplices: la sociedad civil, los partidos políticos, los intelectuales quietos porque sus quincenas caen sin falla alguna; los medios de comunicación en general; los periodistas en particular…
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Hace tres semanas hablamos de Ebrard, ahorita nos ocupa Xóchitl en las redes sociales… En los anuncios panorámicos, en los espacios publicitarios, en los periódicos y revistas, se usan recursos públicos disfrazados para impulsar a Claudia, Marcelo, Adán y a toda la inmensa lista de aspirantes a gubernaturas, senadurías y diputaciones…
A nadie le importa la agenda nacional y los otros temas profundos, porque nos entretiene una competencia electoral que genera el descuido de elementos estructurales de Estado.
La agenda es borrada simplemente porque así lo determina el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El circo preelectoral se impulsa porque así lo determina el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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La referencia al descuido de elementos estructurales de Estado es a temáticas y factores como: crimen organizado y elecciones, dinero sucio y campañas, narco y poder político…
También a elementos de Estado fallido, construcción de Estado paralelo, corrupción dentro del marco legal…
Entre otros rubros que han pasado de ser simples referencias para convertirse en problemáticas coyunturales inscritas en la lista de asuntos de Estado.
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¿Logros de la 4T?
Sí, los hay.
La economía nacional se recupera; el arribo de inversión extranjera crece; el peso luce fortachón…
La atención a la población pobre cumple una función históricamente abandonada: dota de apoyos básicos para sobrevivir a sectores sociales desprotegidos: adultos mayores, discapacitados, jóvenes en etapa educativa, productores del campo, amas de casa de la clase media baja y clase baja…
Ningún gobierno llevó al nivel aportado por la 4T esta bandera de primero los pobres, con hechos…
Bien.
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Frente a este reconocimiento resulta urgente conocer, debatir, reflexionar sobre los graves contrastes incrustados en la coyuntura actual del país.
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Queda claro, sin embargo, que esto no ocurrirá.
Debemos admitir que la repartición del poder político mueve a tirios y troyanos, a zurdos y derechos, a informados e ingenuos…
A todos nos atrae un pastel ofertado como nunca, caro como siempre, cuya estructura no comprendemos y en torno al cual somos y seremos -como ya lo hemos sido- una simple, gigantesca y manipulable sociedad de balidos y silencios, encabezada por un líder inefable…
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