*Hijo, tú que eres abogado, sácate unos tamalitos del bote.
*Si un abogado se vuelve loco, ¿pierde el juicio?
*Magistrado: El próximo que hable o grite, ¡se va a la calle!
Acusado: ¡Viva!
*El juez le pregunta al acusado:
-Entonces, ¿insiste en que no quiere un abogado?
-No, pienso decir la verdad.
*Tenía un problema legal y fui a ver a un abogado”.
¿Y cómo te fue?
Ahora tengo dos problemas.
Siendo honestos –¡qué manoseada expresión! -, me uno a Nikito Nipongo: “Vivimos no en un estado de derecho, sino en un estado de desecho”. Sonrían, por favor.
Los días y los temas
Mi amigo Julio Vallejo, en su artículo “Dependencia” (recomiendo su lectura), escribe sobre la Nomofobia y dice: “Y tú qué opinas o qué sensación te ha causado el perder un celular o el dejarlo por unos minutos lejos de tu alcance”. Gravísimo problema. Cuando me muera, entiérrenme con mi celular en el pecho, nunca se sabe cuándo va a llamar Dios.
En fin, que hay otro problemita. ¿A dónde van a parar los celulares? Basura, basura, basura: contaminación. Según estudios de “Conciencia del consumidor mexicano: Actitudes y comportamiento hacia el consumo responsable, realizada por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM), “los teléfonos móviles contienen alrededor de 40 materiales tóxicos, entre los que destacan elementos como el arsénico, antimonio, berilio, plomo, níquel y zinc, o metales pesados como el plomo, cadmio o el mercurio, entre otros. Pero el elemento más contaminante de un teléfono móvil es la batería. Según los expertos, los agentes contaminantes de una sola batería de Smartphone podrían contaminar 600 mil litros de agua.” (cronica.com.mx, 03-07-23).
Y seguimos cada cuanto reemplazándolos. ¿Qué necesidad tiene la Tierra?
De cinismo y anexas
Y como es costumbre, ahí les dejo de tarea:
*Un abogado es una persona que escribe un documento de 10000 palabras y lo llama resumen”. (Franz Kafka).
Los abogados son hombres que contratamos para protegernos de abogados. (Elbert Hubbard).
*Los abogados son las únicas personas no castigadas por la ignorancia de la ley. (Jeremy Bentham).
*Un abogado sin libros sería como un trabajador sin herramientas. (Thomas Jefferson).
Hasta la próxima.
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