Aun cuando cabe recordar, que la primera visita realizada ya en su carácter de aspirante a Coordinadora Nacional de la Defensa de la 4T, fue a Veracruz y su desayuno con legisladores locales en conocido café, para posteriormente trasladarse a Tuxtepec, Oaxaca donde de manera oficial inició sus recorridos por el país.
Del otro lado estará, Xóchitl Gálvez Ruiz, aspirante a convertirse en la abanderada del Frente Amplio por México, quien en tan solo dos semanas ha puesto de cabeza a todo el proyecto transformador del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien perdió el control de la agenda pública nacional.
Primero, porque sus corcholatas –él el destapador- nomás no generan ningún tipo de empatía con la sociedad, pues repiten el mismo cuento cílindrero que por los últimos 5 años nos hemos chutado los mexicanos en las conferencias mañaneras del C. Presidente.
Segundo, porque la crisis de seguridad que enfrenta el país, simplemente ha rebasado el escenario presupuestado por el mismo líder moral de la 4T, quien para todo tiene una respuesta que evade la situación de su responsabilidad.
Y es que si algo ha caracterizado a la 4T y a su presidente Andrés Manuel López Obrador es el no responsabilizarse de los hechos y acciones que se desarrollan a lo largo y ancho del país, descargando la presión en sus enemigos ficticios, en los gobiernos anteriores, o en los medios de comunicación y comunicadores.
Pero en esta batalla por alcanzar la famosa silla del águila, otra mujer irrumpirá en próximos días al escenario nacional, una emanada del partido esquirol de la contienda.
Movimiento Ciudadano (MC) va a proponer porque así está presupuestado una supuesta tercera opción política, una que permita dividir y pulverizar lo más posible el voto ciudadano.
La fémina elegida para ello será una ex gobernadora de Yucatán, como Ivonne Ortega Pacheco hoy convertida al “emecismo”, quien habrá de buscar frenar el crecimiento de la segunda opción que representará la candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, a quien deben detener para allanar el camino de la principal fuerza política nacional.
La jugada ya la hemos visto y conocido en otros procesos electorales, casos como el de Veracruz durante el bienio promovido e impulsado por el innombrable Javier “N” quien se encargó sin conseguirlo de meter al hoy gobernador Cuitláhuac García Jiménez como ese tercer personaje que restará votos a la entonces oposición que encabezó Miguel Ángel Yunes Linares, claro sin conseguirlo.
De igual modo, ocurrió en el relevo gubernamental al término del bienio, empleando al PRI como ese tercero en discordia, que le restará votos a Morena, sin poder lograrlos, pues de tanto apretar la tuerca en contra de todos los ex socios y aliados del Duartismo, optaron por apoyar a Cuitláhuac García Jiménez y llevarlo a la gubernatura, logrando zancadillear el proyecto sucesorio de los Yunes del Estero.
Así que ese mismo escenario habremos de ver en el próximo proceso electoral federal del 2024, en donde la presidencia de la República será la joya de la corona para los partidos políticos y para las aspiraciones del presidente López Obrador, quien anhela perpetuar su proyecto político otro sexenio más.
Al tiempo.
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