Esa especie de “limbo” de diez días no tiene entonces justificación alguna. Menos aun cuando es sabido que los resultados de las encuestas ya están en poder de los dirigentes de ese partido. Así que más bien, lo que parece es que dichos resultados no deben ser los que esperaban y solo decidieron ganar tiempo para ver qué hacer con ello, cómo negociar e imponer a quienes ya estaban preseleccionados.
En estados como Veracruz y Puebla, y especialmente en la Ciudad de México, la competencia interna ha sido más dura de lo que los muy poco democráticos líderes morenistas pensaban, y ahora están metidos en un atolladero del que pueden salir muy mal parados.
La contienda en Veracruz ha sido cualquier cosa, menos un día de campo para la ex secretaria de Energía Rocío Nahle, quien simplemente no conecta ni con las huestes morenistas. Toda su fuerza depende de la operación directa de los gobiernos estatal y federal y del acarreo y derroche en su favor. Su aspiración es tan artificial como su veracruzanía. Y no sería raro que, como se ha especulado desde la noche del pasado viernes, no haya sido favorecida por las tendencias.
Solo así puede explicarse que de sus dos únicos antagonistas reales en la contienda interna en Veracruz –los demás siempre fueron comparsa-, uno se proclame ganador a los cuatro vientos y el otro esté exigiendo desde el fin de semana que se den a conocer ya cuáles fueron los resultados.
Empero, este plazo de diez días podría servir para “acomodar” los datos, de tal suerte que puedan salir el 10 de noviembre a anunciar tendencias “cuchareadas” en favor de quienes estaban perfilados desde el principio para ser favorecidos.
Las declaraciones este mismo fin de semana de la presidenta del Consejo Estatal de Morena –quien, por qué no, al mismo tiempo cobra como secretaria del Trabajo de la “honestísima” administración de Cuitláhuac García-, Dorheny García Cayetano, así lo dejan entrever. Subrayó que “hay que analizar el tema cualitativo” y, además de la encuesta “hay que tomar en cuenta estos otros elementos políticos, sociales y de género”. Especialmente este último elemento, el del género, es el que podría darles la salida que buscan en Veracruz si al final en el estado les toca postular mujer.
Pero si Nahle no gana a la buena ni en Morena, ¿cómo cree usted que buscaría ganar la gubernatura?
Los conflictos pueden esperar
Nos cuentan que la Dirección de Política Regional de la Secretaría de Gobierno de Veracruz está ahogada en la más absoluta inoperancia.
Su titular, Héctor Eduardo Ciprián Méndez, conocido por sus excesos y prepotencia dentro y fuera de la dependencia, ha resultado ser un caro adorno, pues no atiende, previene ni desarticula ninguno de los conflictos sociales que hay en la entidad.
Pero como es muy cercano al actual encargado de despacho de la Secretaría de Gobierno, Carlos Juárez –quien tampoco sirve para mucho-, pues ahí se mantiene, usando la dependencia como si fuera la red social Tinder, “if you know what I mean”.
Total, los conflictos en Veracruz pueden esperar.
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