No deja de ser punto de análisis obligado el hecho de que fue justamente la existencia de un árbitro neutral y credibilidad suficiente, lo que permitió el arribo de la izquierda al poder federal en México.
Es decir, sin la existencia del INE como organizador y garante de la equidad en los comicios del 2018, Andrés Manuel López Obrador no se habría convertido en presidente.
Durante la década de los 80s, AMLO fue dirigente estatal del PRI en Tabasco y coordinó la campaña de Enrique González Pedrero a la gubernatura.
Antes, en la década de los años 70s, AMLO se afilió al PRI y apoyó al poeta Carlos Pellicer en su camino al Senado.
En 1988 López Obrador se sumó a la Corriente Democrática del PRI encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Aquel grupo dio inicio al debilitamiento del llamado partido tricolor y marcó un capítulo clave en la lucha democrática de México.
No había árbitro electoral en el país durante aquella época.
El PRI era gobierno, el gobierno era árbitro; el PRI y el gobierno eran una sola cosa llamada Estado y desde ahí se decidía quién gobernaba y quién estaba fuera del poder y fuera de la ley si era necesario ese calificativo; también -si las cosas llegaban a ese extremo- el Estado o el sistema, tomaba medidas extremas como desaparecer o aniquilar al enemigo.
El premio nobel peruano, Mario Vargas Llosa, llamó la dictadura perfecta a ese sistema político muy a la mexicana.
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Algún día y al paso de los años, a través de sus memorias, la apertura de archivos oficiales hoy secretos o bien vía testimonios de gente que lo ha rodeado este sexenio, conoceremos la motivación del presidente por borrar al INE, un organismo cuya creación costó muchas vidas en México.
¿AMLO va a desaparecer el Instituto Nacional Electoral?
No…porque no le dará tiempo y porque requiere, para ese propósito, una mayoría en el Congreso de la Unión, con la cual MORENA y aliados no cuentan
Ahí quedará sembrada la idea y quizá la próxima presidenta le dé continuidad al tema o lo archive y punto.
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El presidente también propondrá modificaciones en el Poder Judicial.
Muy probablemente esas propuestas de reformas incluyan al Tribunal Federal Electoral -el TRIFE- otro organismo que ha contribuido al avance democrático en México y coadyuvó -desde el cuidado de la ley- al triunfo de MORENA y nuestro actual presidente.
Como la ley no tiene efectos retroactivos, aún cuando se llegase a modificar al grado de casi desaparecer, el TRIFE constituye hoy en día un organismo capaz de impartir justicia ahí donde se haya violado la ley electoral.
Ayer -por ejemplo- el candidato de la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz, José Yunes Zorrilla, denunció presuntos delitos cometidos por funcionarios públicos y partidos políticos durante el cierre de precampaña de Claudia Sheinbaum en Poza Rica, el miércoles pasado.
Yunes Zorrilla mostró mediante un video, paquetes de comidas y bebidas que se habrían entregado como lonche a gente acarreada al evento en la plaza cívica pozarricense.
Hay imágenes de esos lonches dentro de un hospital público, lo cual -de comprobarse- representa un delito federal cuyas consecuencias serían de largo alcance para los involucrados, incluida la propia Claudia Sheinbaum.
Si alguien quiso ayudar a la causa de la abanderada de MORENA/PVEM/PT, lejos de lograrlo la habría metido en un lío.
También existen videos sobre el uso de vehículos oficiales en la logística de la concentración por Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle.
En una de las imágenes aparece un vehículo militar del que bajan civiles que se presume fueron trasladados al mitin.
Yunes Zorrilla anunció las acciones legales, basado en herramientas jurídicas, que impulsará por estos hechos.
De contar con pruebas sólidas que refuercen los videos referidos y un juez federal las admita y se coloque en una posición independiente, firme, apegada a derecho, podríamos vivir modificaciones serias en el andamiaje jurídico que sustenta el proceso electoral 2023-2024.
De no contar Yunes Zorrilla con pruebas contundentes suficientes, o no actuar el juez responsable con la autonomía demandada, no pasará nada trascendente.
El hecho está ahí; la denuncia mediática ha ocurrido; la denuncia ante las autoridades correspondientes se va a realizar.
Habremos de estar pendientes sobre el curso que toma esta historia, pero un INE y un TRIFE independientes, sólidos, firmes, fuertes en el apego a la ley y en el marco de la separación de poderes, resultan estrictamente necesarios para no regresar a la dictadura perfecta del priismo, cuando acciones como las ocurridas en Poza Rica eran parte de una realidad antidemocrática.
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El TRIFE existe para atender denuncias como las de un candidato inconforme con el accionar de su rival.
El INE existe para garantizar que ninguno de los participantes violará la ley y de ocurrir, sancionar e imponer el orden.
Con árbitros controlados por el Estado, como ocurrió con el PRI durante setenta años, triunfaría la impunidad en acciones descaradas como la del subsecretario de infraestructura Fernando Elías Gamboa, quien se grabó la víspera del cierre de precampaña de Claudia y Rocío en Poza Rica, anunciando su presencia en el acto de proselitismo, cuando debía estar desquitando el sueldo de la SIOP.
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Habremos de ver el posicionamiento y comportamiento de nuestros diputados federales y senadores respecto a las iniciativas que enviará el presidente López Obrador dentro de dos semanas y media. |