Amado Cruz Malpica fue el responsable de la concentración y falló en ambos rubros; aunque la reiteración de Nahle García en el sentido de que Coatzacoalcos es su hogar, su casa, implica la convocatoria directa de su parte a ex compañeros suyos en PEMEX, o el sector industrial privado donde también laboró.
Hay inversionistas coatzacoalquenses con importantes contratos en Dos Bocas, obra emblemática de la 4T que estuvo a cargo de Rocío Nahle, y viene la pregunta: ¿Dónde están los Quintanilla, los Hayek, et al?
En Xalapa y Veracruz, José Yunes se ha reunido con periodistas, con jóvenes, con pescadores y con comerciantes adscritos a la CANACO.
Son estrategias distintas y el dos de junio sabremos cuál dio mejor resultado.
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En el CLAROSCUROS anterior referí algunos aspectos del equipo de comunicación y prensa de Rocío Nahle.
Seis años atrás tuve contacto con Mónica Mendoza, a la sazón responsable del área de vinculación con medios de comunicación en la campaña de José Yunes durante su primer intento por gobernar Veracruz.
Sobre Mónica Mendoza puedo escribir líneas que poblarían hojas y hojas; basta, sin embargo, con aludir a la esencia de su perfil: mujer de inteligencia a muy alto nivel; comunicóloga de visión profunda sobre el acontecer sociopolítico nacional y estatal; intelectual brillante; periodista comprometida con su profesión y el entorno histórico que le ha tocado vivir.
José Yunes Zorrilla arrastra con la peor marca política de México liderada por el delincuente más evidenciado y por ende el más cínico que jamás haya existido en su partido: el PRI y Alito.
Poner el nombre del goodfella campechano afectaría la estabilidad mental de quién escribe y sus dos lectores.
Triste coyuntura histórica: el peor partido y su más vergonzoso dirigente nacional cuentan con el mejor candidato de las últimas décadas en territorio veracruzano.
Y sí, este mejor personaje político –Pepe Yunes es honesto, coherente, inteligente- contó en su equipo, seis años atrás, con una excelente coordinadora de prensa.
Hoy ha nombrado a Filiberto Vargas, un periodista de prestigio en Xalapa, cuya trayectoria desconozco y de su perfil no puedo hablar porque nunca nos hemos encontrado.
¿Por qué lo refiero como prestigiado?
Muy simple, tengo amigos periodistas en Xalapa cuyas plumas son sinónimo de reconocimiento, y ellos califican positivamente al señor Vargas.
Confío, pues, en el criterio de mis amigos capitalinos.
De personajes a cargo de la dirección de comunicación social del gobierno estatal he conocido a varios; algunos acusados de corruptos como Gina Domínguez Colío -estuvo presa- y Alberto Silva Ramos; y otros de trayectoria histórica en el ejercicio periodístico nacional, que optaron por jubilarse desde el servicio público, como Miguel López Azuara.
Han habido y hay más pero con los enlistados es suficiente para requerir de Filiberto Vargas la cercanía con lo realizado por Mónica Mendoza y la lejanía de lo hecho por Gina Domínguez y Alberto Silva.
Cercano el cumplimiento de cuatro décadas en la brega periodística, observo los últimos catorce años como los más terribles para mi oficio.
Entre el 2010 y el 2016 -sexenio a cargo del delincuente Javier Duarte de Ochoa- fueron asesinados 18 periodistas en Veracruz.
Antes, el 19 de octubre del 2002 murió en circunstancias sospechosas el columnista José Miranda Virgen.
Posteriormente, el 8 de abril del 2005 fue asesinado Raúl Gibb Guerrero, empresario periodístico en Poza Rica, heredero de La Opinión.
A Roberto Marcos García lo asesinaron el 26 de noviembre del 2006.
Mientras que Adolfo Sánchez Guzmán fue ultimado cuatro días después, el 30 de noviembre.
A Regina Martínez le quitaron la vida el 28 de abril del 2012.
Artículo 19 registró treinta y tres asesinatos de periodistas en Veracruz, al mes de abril del 2023.
Añadamos ocho casos de periodistas desaparecidos.
Agreguemos cientos de agresiones por parte de cuerpos policiacos a reporteros cuya labor se registra en el lugar de los hechos: escenarios de toda índole, sobre todo en la calle.
Imposible contar los casos de amenazas, cuyo origen es diverso al sobrevenir de políticos, sectores económicamente poderosos y el crimen organizado.
No hay modo de hacer una estadística al respecto porque los amenazados callan para sobrevivir o se apegan a programas oficiales que los sacan de su tierra e incluso del país.
(3)
Las redes sociales han modificado la vida en general en el planeta y el periodismo no podría ser excepción.
Una de las transformaciones más letales para reporteros, analistas, editores, técnicos, se ubica en el terreno laboral.
Medios de comunicación que cierran, desempleo, imposibilidad de acceso a créditos para montar microempresas de comunicación propias; confrontación, rechazo o desatención del Estado con respecto a este sector…
Trato indigno por parte de figuras poderosas y pudientes –privadas y públicas- para periodistas arropados –por definición jurídica- en su condición de ciudadanos, con derecho a laborar bajo condiciones garantes de estabilidad económica y respeto a la libertad de expresión.
Al no existir la estabilidad económica, la libertad de expresión se convierte en una pesada carga colocada en la espalda de un gremio abandonado, agredido mortalmente, amenazado, indefenso como si la práctica de una vocación fuese delito en medio de una guerra ideológica, de acceso y de permanencia en el poder por parte de nuestra clase política entera.
Hay muchas cosas que poner en claro respecto al papel de las autoridades de todos los niveles y sus áreas de comunicación y prensa.
Hay que profesionalizar el trabajo periodístico, sí.
Debemos impulsar empresas de comunicación sujetas a la normatividad fiscal, sí.
Es necesario exigir apego a la ética en el ejercicio de la libertad de expresión, sí.
¿Y del otro lado?
No pago para que me peguen, afirmó alguna vez el inefable José López Portillo.
Y la lucha de la izquierda en México se acompañó de un importante sector del periodismo ético; un sector muy minoritario frente a un amplio listado de medios y periodistas corruptos, cierto.
Pero hubo prensa y periodistas que no vendieron su voz ni su pluma cuando el país parecía la ausencia democrática y la dictadura perfecta del priismo.
¿Y ahora, con la izquierda en el poder y su afán por permanecer en él?
¿Y ahora, con una figura competitiva y opositora por la gubernatura de Veracruz?
¿Y ahora qué podemos esperar los periodistas?
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Rocío Nahle, José Yunes, comunicación, prensa... Estado, seguridad, ética, garantía laboral, desarrollo social inclusivo para un gremio abandonado...
He aquí la agenda pendiente.
¿Qué piensas Rocío?
¿Qué piensas José? |