Y de pronto llegó a mi mente aquella expresión, muy mexicana: “no me gusta decir que se los dije… pero se los dije”.
Apenas en mi colaboración de ayer, en mi papel de pitoniso, escribí: “Le anticipo: este martes, en conferencia de prensa, el gobernador les jurará a los veracruzanos que ‘no habrá impunidad’, que este acto criminal (los cuerpos desmembrados, arrojados en el centro de Cazones) es producto ‘de la guerra entre bandas criminales’ y que “se ordenó el envío de personal de la Guardia Nacional y del Ejército para reforzar la seguridad en aquella zona”.
Y, ¿qué creen?
Cuitláhuac García dijo este martes que los restos humanos arrojados en el centro de Cazones de Herrera corresponden a dos personas del sexo masculino, y que la principal línea de investigación se relaciona con una disputa de grupos del crimen organizado por control de territorios. “Pensamos que es la respuesta que ahora, que el grupo que pretende operar en Tuxpan, le responde (sic) a los que operan en Poza Rica; es el área de Poza Rica y Cazones”.
Dijo que la Fiscalía ya identificó a las dos víctimas desmembradas, que sufrieron un “levantón” (esto es, que fueron privadas de la libertad) desde días previos en el municipio vecino de Álamo Temapache y que “se dedicaban a la venta de droga”.
No dijo nada (ahí sí fallé) de reforzar la seguridad en la zona. Quizá porque otras zonas de la entidad lo mantienen ocupado.
Ahí está el caso del extremo sur de la entidad. En Coatzacoalcos, la noche del lunes un hombre (identificado como un “checador” de una línea de autobuses) fue asesinado justo en una parada de camiones. Cerca de las 8 de la noche varios sujetos dispararon en su contra, en el paradero de la avenida Universidad a la altura de Soriana El Palmar.
La noche de ese mismo lunes, en Acayucan, un hombre y una mujer fueron baleados en una calle cercana al centro comercial Chedraui. Ambos caminaban por la calle Ramón Corona, entre la avenida Enríquez y la calle Juan Sarabia en el barrio La Palma, cuando varios individuos les dispararon.
El varón cayó en la banqueta, mientras que la dama alcanzó a correr, pero fue alcanzada media cuadra más adelante.
Hace apenas un par de semanas el propio gobernador había presumido que había un descenso en la incidencia de homicidios dolosos en la entidad, pues “sólo” se registraron 20 asesinatos entre la última semana de febrero y la primera de marzo.
El gobernador de Veracruz se mostró orgulloso de “conseguir” que en el 2023 la entidad registrara menos de mil homicidios dolosos; fueron 966 asesinatos en el año, lo que representa más de 80 por mes.
Justo lo dijo Pepe Yunes, el aspirante al gobierno de Veracruz, en una visita a Orizaba, el pasado 11 de marzo:
“No podemos aceptar la violencia como parte de nuestro día a día (...) Hay una estrategia fallida -si es que la hay-; creo que no hay estrategia a nivel estatal ni a nivel federal y quienes pagan los costos de esa omisión son los ciudadanos”.
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Epílogo.
En la Universidad Veracruzana (UV) tampoco están contentos con la expresión: “la ley es la ley”. Cuando ésta se contrapone a los intereses de quien dirige los destinos de esa casa de estudios, es momento de modificarla. *** Ya se trabaja en el “cabildeo” para que se apruebe una propuesta reforma a la Ley Orgánica de la UV, que será presentada en la sesión del Consejo Universitario General el próximo viernes. *** De ser aprobada en sus términos dicha propuesta y si el Congreso local vota a favor, el actual rector Gerardo Martín Aguilar Sánchez podría reelegirse en el 2025. *** En estos momentos, antes de dicha reforma, la Ley Orgánica de la UV impone como condición para ser elegido rector, ser mayor de 30 años y menor de 65 años, al momento de su designación. Martín Aguilar está por cumplir 66 años, por lo que ya no calificaría para un segundo período… a menos -claro está- que para entonces la Ley diga otra cosa. *** Que siempre no. Que la titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) Verónica Hernández, dio marcha atrás y decidió no remover a la coordinadora de la Fiscalía especializada en Delitos contra la Familia, Roberta Ayala Luna. ¿La razón? Que eso significaría darles la razón a los medios de comunicación. Lo bueno es que no nos leen.
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