Es preciso salir a votar y con nuestro sufragio dar legalidad a quienes logren ser nuestros gobernantes y representantes populares, que la legitimidad la habrán de ganar ellos con su propio esfuerzo. Pero hay que reconocer que muchas veces la ciudadanía se deja manipular, y no vislumbra la importancia de su voto, y las terribles consecuencias que puede traer una mala decisión.
Para interactuar con el gobierno y con los legisladores representantes nuestros, los ciudadanos debemos prepararnos, informarnos mejor y hacer valer nuestros derechos ante las autoridades en cuestión. Para lograr una comunidad mejor informada, que participe, necesitamos construir ciudadanía, algo que en la actualidad nadie está haciendo.
Necesitamos capacitar a la gente, a nuestros vecinos, familiares y amigos, para que revaloren su voto, para que no se dejen manipular por la entrega de dádivas, para que no les mientan, para que no permitan la falta de respeto de muchos candidatos que ofrecen lo que no pueden cumplir…
Los avances de nuestra democracia en los últimos años han sido puramente electorales y no han trascendido a una igualdad de oportunidades ni a una disminución real de la pobreza. Ese rezago social se debe a que no hay una ciudadanía preparada y participativa que dialogue, y cuando sea necesario, presione al gobierno.
Así las cosas, el gran rezago de nuestra democracia sigue siendo la falta de participación ciudadana, y para lograr revertir este rezago, necesitamos construir ciudadanía, algo que hoy día, ninguna institución pública, ni privada, ninguna universidad o partido político, nadie está haciendo. Increíble ¿verdad?
Construir ciudadanía significa conocer y comprender el funcionamiento de las instituciones democráticas, como el gobierno local, el poder legislativo y el sistema judicial, e interactuar con ellos, de manera informada y comprometida.
El derecho del ciudadano al sufragio debe de estar acompañado con una información amplia, veraz y oportuna, para que un candidato no intente pasarse de listo prometiendo a la gente lo que no puede cumplir. Que sea la ciudadanía la que presente al candidato sus problemas y propuestas de solución. No a la inversa.
Con los avances tecnológicos, hoy por hoy, el ciudadano dispone de suficiente información para poder tomar decisiones, sin necesidad de comprometer su futuro a cambio de una despensa o una dádiva económica.
Una democracia para ser fuerte requiere de ciudadanos que sepan ejercen su libre albedrío y sepan organizarse para hacer valer sus derechos ante la autoridad.
Construir ciudadanía es la gran asignatura pendiente de nuestra democracia, a la que nos debemos abocar para lograr un buen gobierno.
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