Todo indica que el proceso electoral en Veracruz (rumbo a la gubernatura), tendrá final de fotografía. En el centro del país consideran que la pelea entre Rocío Nahle y Pepe Yunes se convirtió (junto a la CDMX), en la más interesante rumbo al 2 de junio.
En las oficinas centrales de Morena consideran que la estrategia en Veracruz debería enfocarse en las “marcas”, más que en los candidatos. Observan que los opositores están logrando brincar la deteriorada imagen del PRI, PAN y PRD.
Para Mario Delgado y Citlalli Hernández la mejor forma de refrendar el estado es redirigiendo los esfuerzos hacia el capital político de Morena y no hacia la figura de su candidata. “La guerra en Veracruz necesita transitar más por el movimiento que por la exsecretaria”, me dicen.
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