Hace menos de 10 días, Rocío Nahle solicitó reunirse urgentemente con el gobernador Cuitláhuac García, quien con muy buena disposición aceptó verla.
Según esta versión extraoficial, la candidata de Morena a la gubernatura llegó acompañada de su inseparable esposo José Luis “Pepe” Peña Peña.
¿Cuál era el objeto de dicha reunión tan urgente que pidió la “Tía Chío”? De acuerdo con un informante cercano al matrimonio Peña-Nahle, la gran preocupación de la ex secretaria de Energía era la caída sistemática que ha tenido su candidatura en las preferencias electorales –reflejada en las encuestas reales, las no manipuladas para efectos propagandísticos– y el crecimiento del abanderado del frente opositor, Pepe Yunes, al que le sacaría todavía una ventaja que rondaría los 5 puntos pero ya no los 30 que inicialmente le llevaba al priista, lo que supuestamente infló su soberbia a grado tal que la llevó a deslindarse de todo lo que oliera mal del gobierno de García Jiménez y a desdeñar el apoyo que estaban dispuestos a ofrecerle algunos de los funcionarios más allegados al mandatario estatal.
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Con esa holgada distancia sobre Yunes Zorrilla, la “Tía Chío” –como la motejó el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, su principal apologista en redes sociales– consideró que no necesitaba de los favores de Eric Cisneros, al cual vetó para que no retornara a la Secretaría de Gobierno, y que también le alcanzaba para ganar sin necesidad de hacer compromisos, ni pedir ningún favor a nadie. Por esa misma soberbia no ha querido reunirse con dueños de medios de comunicación ni con columnistas locales ni de la Ciudad de México que no cesan de dedicarle filosos textos y comentarios en noticieros de radio y televisión por sus recién descubiertas propiedades inmobiliarias en Veracruz, Tabasco y Nuevo León. Quienes están cerca de ella la escucharon decir, muy sobrada, que no necesitaba de ellos para ganar y que además no iba a hacer ningún convenio ni dar dinero a los periodistas.
Por todo ello y su apatía por contratar a un verdadero profesional que lleve su estrategia de campaña es que ha ido en picada. Todos los que andan a su lado, como son los dirigentes de partidos o los que quieren ser vistos por ella, se muestran serviles pero exhibiendo su ignorancia y falta de experiencia.
Todo lo anterior es lo que, según nos dicen, desde hace un par de semanas no deja dormir tranquilamente al matrimonio Peña-Nahle, ya que ahora sí vieron que pueden perder la gubernatura… y los multimillonarios negocios que representa el ejercicio patrimonialista del poder durante el próximo sexenio. Es por lo que solicitaron reunirse con Cuitláhuac, para pedirle que “corra” a todos los funcionarios identificados como gente de Erick Cisneros, ya que presuntamente tiene informes que según están operando para el candidato opositor que ya le anda pisando los talones en las encuestas.
En esa supuesta reunión, el gobernador pidió que lo dejara hablar con ellos para meterlos en cintura, a lo que la candidata lo habría emplazado a que los despidiera de inmediato y que él se dedicara a cerrar bien su administración y que ya “después vemos que hacemos contigo”.
Quienes compartieron esta información, les parece increíble que Cuitláhuac se haya dejado humillar de esta manera por la zacatecana que aspira a sucederlo en la gubernatura pero que de facto ya quiere ejerce el poder y mandar en el gobierno del estado.
Lo cierto es que, casualmente, en la Secretaría de Gobierno comenzaron a darse desde la semana antepasada algunos despidos, entre ellos Jorge Chávez, ex secretario particular de Eric Cisneros, y Carlos Córdoba, de la Dirección del Registro Civil.
Los que estarían en la mira serían Israel Roldán, subsecretario de Asuntos Jurídicos; Rafael Castillo Zugasti, titular del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal –quien, por cierto, fue visto este fin de semana en Puerto Progreso, Yucatán–, y, entre otros, el subsecretario de Gobierno, Yair Ademar, el único por el que el gobernador habría abogado por dejarlo en su cargo, pero supuestamente Nahle explotó en ese momento, como ya es costumbre, y espetó: “ese principalmente ya debe de irse”, a lo que Cuitláhuac, en respuesta, sólo habría agachado la cabeza asintiendo.
Otra petición especial de la candidata de Morena habría sido la salida de la fiscal general Verónica Hernández Giadáns, también incondicional de Cisneros Burgos. Sin embargo, por ser la titular de un ente autónomo, el proceso que se debe seguir para destituirla recae en la Legislatura del Estado.
En el equipo de Nahle aseguran tener informes de que todo el equipo del ex secretario de Gobierno, Eric Cisneros, habría decidido sumarse al frente opositor para sobrevivir políticamente. Pero también han detectado que no sólo ese grupo, sino que hay otros connotados morenistas que ya dieron el paso y se habrían reunido con los operadores de Pepe Yunes, sobre todo al que –dicen– el esposo de la Tía Chío no baja de “ladrón y corrupto”, un ex subsecretario del área de finanzas que hace poco coincidió en un evento con José Luis Peña, quien al percatarse de la presencia del ex funcionario de la Sefiplan lo empezó a insultar indirectamente, a sabiendas que lo escuchaba.
Por todo esto es que se habla que momentáneamente la relación entre doña Rocío y Cuitláhuac está un poco fría pero que, inclusive, puede llegar hasta la ruptura ya que todo el grupo está seriamente preocupado por la posible reacción que haya de parte del matrimonio Peña-Nahle en el remoto caso de que la ex secretaria de Energía llegara a ganar las elecciones del 2 de junio.
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