Como es costumbre se tomaron las placas respectivas para generar como siempre el material fotográfico de evidencia del evento, con la salvedad que en la imagen, no aparecerá la candidata al Gobierno de Veracruz, Rocío Nahle García, que simplemente no tolera la simulación y la hipocresía de su candidato oponente, José Francisco Yunes Zorrilla, quien ha sido junto al Clan Familiar los orquestadores de una campaña de denostación, injurias y descalificaciones en su contra como nunca antes vista en una campaña política.
Importó poco aquello de que se debe respetar a las mujeres, pues desde el arranque del primer minuto su oponente, se encargó de emplear el gentilicio “zacatenana” para machacarle en cara, su no originalidad de nacimiento en Veracruz, denostando su calidad de ciudadana, y evidenciando un altísimo despreció por todos aquellos que vienen de fuera a la entidad.
Desde ahí, Pepe Yunes Zorrilla perdió el debate, fue el único en no presentar una sola propuesta real, concreta, objetiva, fueron simples participaciones en donde el uso de la retórica política lo revelaron como lo que siempre ha sido “un extraordinario tribuno” solo que está vez le faltó el contenido, el fondo, y lo exhibió lamentablemente como un personaje sumamente intolerante.
Por su parte Rocío Nahle García, candidata de la Coalición Sigamos Haciendo Historia en Veracruz, salió en una especie de plan defensivo, esperando el ataque y la respuesta, presentó propuestas, se le vio por momentos, un poco nerviosa, apoyándose en su tarjeteo como parte de su estrategia para informar bien a las y los veracruzanos, los puntos y las “ies” de lo que representa su proyecto de consolidación de la 4T.
Señaló que se convertirá en la aliada de las mujeres, fomentará la creación de una Unidad Especializada en la Investigación y combate al Feminicidio y la violencia contra las féminas, como piedra angular de su oferta política en materia de derechos humanos.
Pero el que sorprendió a todos, por su gran capacidad discursiva y por aparentemente manejo de la tribuna fue el candidato de Movimiento Ciudadano, Hipólito Deschamps Espino Barros, quien, con soltura y naturalidad, expuso uno a uno sus puntos y propuestas, dándose tiempo inclusive para darle sus llegues a ambos candidatos, especialmente a “Pepito el de los cuentos” como lo denominó la propia Rocío Nahle.
Le recordó la pésima condición en que se encuentra su municipio Perote, y expuso su indiferencia a hablar de cómo resolver los problemas de Veracruz.
Si los amantes de encontrar ganadores en estos ejercicios quieren, en Polo Deschamps estaría al boxeador vencedor, pero la realidad es otra, pues el debate sólo terminó por definir las dudas y disipar los velos que pudieron en su momento nublar la percepción ciudadana, en la realidad, los vencedores del debate fueron Rocío Nahle y Polo Deschamps, pues ellos terminarán posicionándose mejor entre el electorado.
Finalmente, aun cuando los Pepe Lovers afirmarán lo contrario, la realidad es que el personaje lució deslucido, acartonado, insípido y muy cuestionado por aquello de la “moralidad” pero eso es otro rollo, lo cierto, es que Pepe Yunes cometió el grave error de dejarse tripular en las aguas del discurso denostativo y descalificador fundamentado en su “teoría del contraste” evidenciando que en eso de la equidad y el respeto por las mujeres no más ni con lavativa entra.
Restan 21 días para la elección gubernamental del domingo 2 de junio, y en los hechos Veracruz ya definió, el resultado sólo habrá de dejar una gran sorpresa y esa será posiblemente quien ocupará el tercer lugar de la contienda, y esa no será Nahle.
Al tiempo.
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