Lo interesante también es el mensaje que ha enviado la ciudadanía sobre el hartazgo que representan los partidos políticos tradicionales, un mensaje que desde el 2018 habría quedado claro con la elección de Morena.
Este domingo una vez más el pueblo de México ratificó ese hartazgo, y ahora les corresponde a los partidos políticos tradicionales como lo son el PAN, PRI y PRD replantearse una inmediata transformación interna que los refunde desde sus entrañas para volver a convertirlos en ofertas atractivas para las y los ciudadanos.
La inminente victoria de Claudia Sheinbaum como candidata a la presidencia de la República y la llegada a Veracruz de la primera gobernadora en la persona de Rocío Nahle García confirmó ese supuesto donde el hartazgo a los partidos tradicionales y a un clan político es real, es evidente y es mayoritario.
Es importante señalar que esa sensación de rechazo al actual oficialismo que se permeó en zonas urbanas como Veracruz, Xalapa, y otros puntos, obedeció en su mayoría a la bestial campaña negra desatada por la oposición y por algunos medios que se prestaron a ese circo, que habla mucho del deseo de un sector que anhela el retorno de las viejas prácticas y las viejas formas de hacer política.
La salida del candidato a la gubernatura José Francisco Yunes Zorrilla a declararse vencedor de la contienda, fue una embarcada más que los gurús del candidato, que en el momento preciso exhibieron sus habilidades para esfumarse de la foto que pasará a la historia, como el embute más grande de la historia electoral de Veracruz.
Existen voces ya que a dicha acción le han denominado ya como “El entierro de Juan Carnaval” pues literalmente, lo dejaron solo.
Personajes cercanos al candidato de oposición afirman que el animo mostrado por el candidato opositor Pepe Yunes al término de la conferencia de prensa era de franca derrota, misma que evidenció al abandonar el lugar dejando a sus propios hijos en el sitio y yéndose con su chofer en su camioneta.
Ahora no quedará más que reiniciar la vida social y política de México y Veracruz, llegó el momento de extender la mano, pedir una disculpa a los amigos y familiares que incluso se habrían distanciado por esta fortísima polarización y exigir a nuestras nuevas autoridades a gobernar para todos.
Son tiempos de cambio, son tiempos de las mujeres, llegó el tiempo de fortalecer a las instituciones y de por supuesto escuchar a la sociedad, que exige un cambio de fondo a los políticos y a los partidos, pues el hartazgo de los viejos modelos es claro.
Felicidades a los vencedores, animo a los derrotados, construyamos juntos en paz el nuevo México y Veracruz que todos anhelamos.
Al tiempo.
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