Platico con el médico internista Iván Hernández Gutiérrez -tenemos la suerte de contar con su gran capacidad en su consultorio de Xalapa- y me dice que sí, que en efecto hay un rebrote de casos, aunque se ha presentado sobre todo en la Ciudad de México, en el Estado de México, en Querétaro, en Puebla y en Nuevo León, lugares que en este mes han duplicado los casos diarios.
—¿Qué debemos hacer, por ejemplo, en el Estado de Veracruz, que no ha presentado un rebrote significativo? —pregunto al especialista y me contesta de inmediato:
—Vacúnense, usen cubrebocas en lugares cerrados, ventilen bien la casa u oficinas. Lávense las manos a menudo.
Le comento que entonces llevaré a los miembros mi familia a ponernos la vacuna en alguna clínica del sector salud.
—¡No hagas eso! —me contesta presto—. Las sustancias que aplica el sector oficial no tienen la capacidad de atacar las nuevas cepas. Es necesario inocularse las versiones nuevas de la vacuna, que se pueden comprar en lugares como Wall Mart Express o las Farmacias del Ahorro. No cuestan mucho, y de todos modos garantizan un blindaje más seguro.
Aprovecho para platicarle sobre una especie de campaña que he visto últimamente en las redes en contra de la aplicación de las vacunas, a las que individuos anónimos acusan de provocar muertes y de ser un instrumento de los grandes laboratorios para hacer una gran fortuna con la venta de sustancias inútiles y hasta peligrosas.
—Las vacunas salvan vidas. Hay gente que las rechaza sin razón. Las posibilidades de complicaciones son menores a 0.01% —me aclara el talentoso experto en salud, con décadas de estudios y experiencia.
Así que sigamos la recomendación ya dicha de uno de los mejores médicos de Veracruz y de México:
—Vacúnense, usen cubrebocas en lugares cerrados, ventilen bien la casa u oficinas. Lávense las manos a menudo.
Digo, por si las dudas…
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