El feminicidio de Noriko ha impactado al sur de Veracruz y se ha extendido a todo el Estado. El feminicidio de Noriko muestra que, a pesar de la denuncia y la restricción, las mujeres siguen muriendo en manos de sus ex parejas, pues el Estado no puede protegerlas.
El feminicidio de Noriko demuestra los nulos resultados de la Alerta de Violencia de Género Contra Las Mujeres por el Delito de Feminicidio, pues la violencia no cede.
Tampoco ha servido la Estrategia de Cero Tolerancia a la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, implementada con bombo y platillo a principios del Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, en la cual, por cierto, nadie se ha hecho responsable de los resultados.
Si hablamos de mujeres, recordemos que el Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) el mismo que dentro de sus funciones está atender y dar seguimiento a las mujeres y niñas que sufren violencia, no tiene titular, sólo encargada, demostrando el nulo interés de este gobierno por las Mujeres y Niñas.
Esperemos que ahora que Veracruz sea gobernada por Rocío Nahle, la estrategia de protección a las mujeres cambie, ya que poco ha servido la llegada de Verónica Hernández a la Fiscalía de Veracruz.
Tal parece que Rocío Nahle es la esperanza de muchos y muchas para disminuir los feminicidios en Veracruz, de atenderlos, de exigir justicia, a tal grado que el hermano de Noriko tomó un reconocimiento que había recibido su hermana y fue a buscar a la gobernadora electa que el sábado estaba de gira por Coatzacoalcos, para pedirle su intervención y se detenga al o los responsables del asesinato de su hermana.
Contrario a lo que ha hecho Cuitláhuac García durante estos casi seis años de no escuchar e ignorar a víctimas y familiares, la gobernadora electa atendió al joven Jorge con el compromiso de darle seguimiento al caso de su hermana.
Esperemos que el Tiempo de Mujeres en Veracruz traiga cambios. Ni Una Más, Ni Una Menos. Justicia para Noriko.
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