Algunas veces hemos sido tachados de locos, desubicados y poco serios cuando advertimos que México estaba siendo encaminado hacia una dictadura como la venezolana o al menos a un regimen de partido hegemónico o incluso de Partido Único, y se nos ataca con el argumento baladí de que en México, por existir elecciones periódicas no podría decirse que estamos en una dictadura, pero, en mi opinión, no basta con que cada 6 años se convoque a elecciones sino que estas sean limpias, absolutamente democráticas y en resumen confiables y desarrolladas bajo la organizaión y vigilancia de órganos electorales independientes, autónomos y respaldados, sus integrantes, por una imparcialidad y decencia a toda prueba, además de una vasta experiencia en materia electoral y jurídica en ese ramo, así como de un nivel académico tal que nos genere la confianza de que nuestros votos serán bien contados y la voluntad popular expresada en las urnas será respetada.

Hoy, cuando con menos de dos meses de diferencia, se han clebrado elecciones presidenciales en México y Venezuela, podemos hacer la comparación entre ambos regímenes políticos y aclarar nuestras ideas respecto a la gran similitud que existe entre ambos.

Veamos, en ambos países existe un órgano electoral "colonizado" por el gobierno, dictatorial en Venezuela y hegemónico en México; en los dos países existe una enorme corrupción en el gobierno, donde los familiares más cercanos al presidente se han enriquecido groseramente mediante un descarado tráfico de influencias tolerado, si no es que promovido por el Titular del Ejecutivo; una persecusión implacable de opositores y de la prensa libre, allá con cientos de presos políticos y acá a través de descalificaciones calumniosas, amenazas y un férreo control de los medios que hacen muy difícil ejercer el derecho a la libertad de expresión; de igual forma la creación y patrocinio de "Programas Sociales" dirigidos a amplios sectores de la sociedad, para obtener su lealtad al régimen mediante el reparto de dádivas, aprovechándose de la pobreza e ignorancia de las personas más necesitadas; así como de una manifiesta complicidad con la delincuencia organizada que son utilizados como grupos de choque para reprimir cualquier tipo de protesta o manifestación contraria al régimen o para coaccionar el voto.

Aunque no pueden negarse las enormes semejanzas en lo antes descrito y en lo ideológico, por pertencer ambos regímenes a la corriente denominada "Socialismo del Siglo XXI", analizando el comportamiento de los electores y los liderazgos de cada país, son de destacar tambien marcadas diferencias entre ambos pueblos: por un lado Venezuela cuenta con el liderazgo arrollador de una mujer extraordinaria como María Corina Machado, mientras que en México ninguno de nuestros líderes políticos hombres o mujeres cuenta con el carisma, energía, determinación y tozudez de la venezolana y por lo que hace al electorado y pueblo llano, la diferencia estriba en que allá, 25 años de dictadura han generado tal pobreza y falta de oportunidades que la diáspora se calcula en más de 8 millones de venezolanos, mientras que los que se han quedado, porque no han podido salir o porque aun tienen una forma de vida relativamente aceptable en su patria, están desesperados y estan llegando a un pesimismo tal que les hece pensar que ya no tienen nada qué perder, excepto la vida, cosa que en nuestro país no ha sucedido aún, no por que tengamos un mejor gobierno, sino porque la grandeza del país y la inercia del desarrollo que traíamos antes de la llegada de la llamada 4T, han hecho imposible para el régimen lograr la destrucción total de nuestra economía y de las instituciones nacionales, aunado al hecho de que no son lo mismo 25 años de deterioro que tan solo 6, aunque ¿Quíen estaría dispuesto a esperar otros 20 años de decadencia sin hacer nada?

Todo lo anterior explica la reacción decidida de los venezolanos al salir a la calle a manifestarse ante el Fraude Electoral perpetado por la dictadura de aquel país el pasado 28 de julio, contrario a la tibieza de los mexicanos que se quedaron con lo brazos cruzados ante el evidente fraude electoral, así como la entereza de sus líderes al no reconocer los amañados resultados dados a conocer por el Consejo Nacional Electoral que está al servicio de Maduro, siendo esto último otra de las grandes semejanzas entre ambos regímenes, me refiero a lo de los resultados amañados y fraudulentos, al respecto confieso que habiendo seguido durante todo el día las incidencias de la elección venezolana y el anuncio a media noche del "Triunfo" de Nicolás Maduro, no pude dejar de recordar a la de la Sra. Taydé, Pesidente del INE, anunciando el "Triunfo" de la Dra. Sheinbaum, como si se tratara de un guión sacado del "Manual del moderno dictador del siglo XXI".

Otra de las diferencias es la reacción del pueblo y sus líderes, pues acá no tardaron en aceptar la derrota al no contar con las actas suficientes para demostrar lo contrario y allá, inspirados tal vez en la mala experiencia de México y en la pésima estructura electoral nuestra, se ocuparon en capacitar debidamente a los que allá conocen como "Testigos" ante las mesas receptoras de votos y, sin precipitarse a reaccionar esa misma madrugada, durante 24 horas se avocaron a recabar las actas logrando concentrar en manos de  los auténticos ganadores cerca del 80% de estas, y no fue hasta que las contabilizaron debidamnte que se lanzaron a proclamarse ganadores al haber obtenido la oposición, en ese 80%: 6 millones, 217 mil votos por tan solo 2 millones 700 mil de Maduro, lo que representa más de 30 puntos de diferencia, argumentando que aun si el 20% restante solo le diera votos a Maduro sería imposible que pudieran alcanzar al candidato ganador; adicionalmente, en vista de que el órgano electoral de su país no es confiable, han expuesto esta realidad ante la comunidad internacional, provocando que la mayoría de los países democráticos reconozcan que las cifras que ha anunciado el régimen son falsas y fraudulentas, lo que ha dejado callados incluso a gobiernos afines a la ideología izquierdista y al Grupo de Puebla como Chile, Brasil,  Colombia y hasta España, y solo uno ha avalado el fraude...¿Quien creen?...adivinaron...México, ¿será porque AMLO se ve reflejado fielmente en ese modus operandi de la izquierda? y aunque aun no ha logrado establecer plenamente en México una dictadura, es evidente su vena antidemocrática de dictador, o al menos actua como tal, lo que lo hace similar a Maduro y a la 4T semejante a la dictadura venezolana, por lo que a pesar de las críticas, algunas muy ofensivas, seguiré diciendo que nos estamos pareciendo cada vez más a Venezuela.